La verdad que es un caso muy extraño lo que sucede en la actual administración pública estatal, -trátese del Partido Político que sea y del gobierno que sea- que exista tanta abulia y despreocupación por los obvios rendimientos pírricos de algunos de los generales del gabinete que gobierna Veracruz.. 

Si bien es cierto que el Partido Morena como tal no existe y que no hay nadie que le apure al gobernador Cuitláhuac en el tema, también lo es que éste debía meditar un poco y ver sin apasionamientos ni fobias ajenas el triste espectáculo y resultados que le han dado varios de sus funcionarios como el de salud Roberto Ramos Alor, la de Turismo Xochitl Arbesu Lago, la de Sedesma María del Rocío Pérez Pérez, la del DIF Verónica Aguilera Tapia. Imposible pensar que el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez no se percate para sus adentros que arrastra esa pesada e inoperante fauna de acompañamiento. 

Cuitláhuac debía pensar con la razón y no tanto con el corazón y, ver que los actuales no son tiempos normales. Debía ver que su triunfo y el de MORENA llegó porque la gente estaba cansada de ineficiencias, de corrupción, de engaños pero también de que los gobernantes se la pasaban ‘pateando el bote’. 

Cuitláhuac debería reflexionar en un refrán popular que reza, ‘cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar’. Y ver que lo que le pasó a los recién derrotados en las urnas le puede pasar también a él. 

Sin embargo, pronto se dará cuenta Cuitláhuac que el tiempo pasa y quizá cuando se dé cuenta ya se estará viendo en el espejo como un exgobernador que dejó pasar su gran oportunidad de trascender y cumplir a los veracruzanos. .