Ciencia y Cultura |
La grandiosa Lucy, ¿quién era y de dónde venía? |
Por: Crestomatía 2020-01-09 - 11:35:06 / |
El paleoantropólogo estadounidense Donald Johanson sabía que había posibilidades de hacer un gran descubrimiento en Etiopía. La investigación nos situaría en Adís Abeba, Etiopía, donde conoceríamos a la famosa Lucy. Por Georgina Vega Un año atrás, en 1973, había encontrado el fósil de la rodilla de un homínido, pero el hallazgo de varias mandíbulas logrado el año siguiente por su colega etíope, Alemayehu Asfaw, lo llenó de entusiasmo y aumentó sus expectativas. El 24 de noviembre de 1974, tras varios meses de investigación, Johanson y su asistente, Tom Gray, descubrieron en la región etíope de Afar el esqueleto del que se convertiría en el homínido más famoso en la historia de la paleontología. EL HALLAZGO EN HADAR Tras varias horas explorando el lugar decidieron regresar al auto cortando camino por un barranco. Fue ahí donde Donald se detuvo a recoger algo del suelo: era un pedazo del hueso de un codo. El experto en homínidos reconoció de inmediato su valía. A las pocas horas apareció un hueso occipital, luego un fémur, una mandíbula inferior, una pelvis y unas costillas. Todo apuntaba a que eran los restos de un solo individuo. También estaban casi seguros de que se trataba de un espécimen antiquísimo, ya que los fósiles de otros homínidos hallados anteriormente cerca de ahí tenían una antigüedad de al menos 3.2 millones de años. Dos semanas después, y tras extenuantes horas de excavación, Johanson y su equipo recuperaron más restos. En total se reunieron 52 piezas que conforman el 40% de un mismo esqueleto homínido. “LUCY IN THE SKY…” Mientras festejaban el gran acierto sonaba la canción “Lucy in the Sky with Diamonds” (1967) una y otra vez. Johanson, quien en ese entonces tenía 31 años, era un gran fanático de The Beatles. De pronto alguien le dijo: “Si crees que los restos fósiles son de una mujer, ¿por qué no la nombras Lucy?”. “Al principio me opuse –contó Johanson–, pero al final el nombre se le quedó”. ¿QUIÉN ERA ELLA? Cuatro años después del hallazgo, en 1978, Johanson publicó oficialmente una descripción de Lucy:
La interrogante sobre cómo perdió la vida no tuvo respuesta hasta 42 años más tarde. Un estudio hecho por el paleoantropólogo John Kappelman de la Universidad de Texas, y publicado en la revista Nature, concluyó que Lucy falleció por las múltiples fracturas que le provocó la caída de un árbol, lo cual sugiere que aunque caminaba erguida todavía se colgaba de los árboles. Para llegar a esta conclusión, Kappelman y su equipo analizaron tomografías computarizadas de varias parte del esqueleto. A los pocos años del hallazgo, Johanson y su equipo descubrieron más restos de homínidos en Hadar, de al menos 13 individuos. Más tarde hallaron fósiles similares en Tanzania. Tras su estudio se determinó que pertenecían a la misma especie que Lucy. A la pregunta de si Lucy es el eslabón perdido entre los simios y los humanos, Johanson responde tajantemente: No. “La cadena evolutiva es larga, abarca millones de años y está unida por muchas especies diferentes. A. afarensis no es el eslabón perdido entre los simios y los humanos, es uno de nuestros antepasados más antiguos, más similares a los humanos. El árbol genealógico humano continúa creciendo a medida que se hacen nuevos descubrimientos en África, Europa, Asia, América y Australia”. PIEZA DE MUSEO Y ESTUDIO Pero se han hecho diferentes réplicas de su cuerpo y cabeza que se exhiben en diferentes museo del mundo, como en el Museo de Ciencias Naturales de Houston (EUA) y el Museo de Historia Natural de Londres. Texto publicado en revista Muy Interesante México. Ed.11-2019 |
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