Pues podrá ser el más consentido del gabinete de Cuitláhuac, este podrá confiar ciegamente en él pero una cosa es que deje sin medicamentos a  niños enfermos de cáncer, o que no haya movido un dedo para prevenir epidemias que han asolado a los veracruzanos y otra es que se meta con los sindicatos.

Los primeros protestan en las calles pero los sindicalizados le van a parar la Secretaría.

Esa sí que ya es otra historia.

Los sindicalizados son broncos… y más en el sector salud una de las dependencias con mayor número de empleados y sindicatos.

Hace 6 meses que líderes sindicales le han buscado para dialogar y Roberto Ramos Alor no se ha dignado en recibirlos.

El día de ayer los empleados sindicalizados en voz de su secretario general de uno de los tantos sindicatos Germán Arturo Díaz Hernández, pudo controlar a la raza para que no lleven al cabo el paro en los hospitales públicos de la entidad que habían programado para este miércoles.

Pero en el Puerto ahí si que nadie pudo contener a los sindicalizados y salieron a manifestarse en contra de las medidas ‘arbitrarias’ según ellos que ha tomado Ramos Alor de manera unilateral y sin platicar los cambios de turnos de los empleados.

A lo  mejor haga falta la medida pero a Roberto Ramos se le olvida que la Secretaría de Salud no es su changarro en donde podría hacer lo que se le antoje.

¿Hasta cuándo aguantará Cuitláhuac al intocable?