‘Los Políticos’, la columna que escribe aquí el periodista Salvador Muñoz, se refiere hoy a un asunto muy grave observado por la diputada federal Anilú Ingram Vallines: Los hijos de las víctimas.

¡Sí! Porque detrás de los mil feminicidios ocurridos el año pasado en el país, están los tres mil niños que se quedaron en la orfandad en el mismo lapso. 

Un razonamiento que cala; un razonamiento que obliga a estar de acuerdo con Anilú y su iniciativa en la que propone ‘el registro de menores de edad en situación de orfandad y atención inmediata para que no queden indefensos a la muerte de quien fue su sustento’. 

Pero “Anilú Ingram no se queda en la atención y registro de estas víctimas directas de los feminicidios”, escribe Salvador, “también propone aumentar al doble las penas en los delitos de violación y abuso sexual por razón de género. Es decir, la pena de 6 a 10 años pasaría a de 12 a 20 años”. 

Pero no se quede con esto, lea la columna completa puesto que si bien Anilú no completa el tema ni se agota en todas sus aristas por lo delicado y actual, resulta obligado como sociedad se analice y se enfrente en solidaridad de todos esos menores de edad que resultan afectados por el feminicidio.

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