De nuevo como sucediera en aquel 3 de septiembre pasado el líder de la bancada de Morena en el Congreso veracruzano, el diputado Juan Javier Gómez Cazarín volvió a demostrar su conejo legislativo al convencer a la mayoría del Congreso a botar definitivamente a Jorge Winckler Ortiz de la Fiscalía General del Estado.

Y es que esta vez, un buen número de diputados de la oposición fueron convencidos por Gómez Cazarín de que la determinación se debía tomar  ya y no había porqué estarle llorando al muerto. Es decir, aunque la diputada Gamboa Torales aseguró en la Tribuna que el acto era ilegal, una mayoría de 33 diputados no le creyeron y decidieron darle la patada definitiva a Winckler.

Hay veces que la mano dura es necesaria y Gómez Cazarín bien que sabe usarla.

Esta vez, nada de contemplaciones, Winckler se debía ir y pues se fue.

Winckler quien actualmente huye se la justicia, fue separado definitivamente de su virtual cargo de Fiscal, luego de que el Congreso lo había separado temporalmente por no cumplir con los requisitos de Ley para haber ingresado y permanecido en el cargo.

Quizá la lucha de fuerzas continúe, pues la Ley tiene demasiados vericuetos, pero por lo pronto el segundo raund lo volvió a ganar Gómez Cazarín.

Otro auténtico Cazarinazo. 

Ahora le corresponderá a la encargada de la Fiscalía, porque en el mismo Punto de Acuerdo que se separó a Winckler, se aprobó la permanencia Verónica Hernández Giadáns como encargada hasta que el Congreso decida quien sustituye formalmente a Winckler.