Así como se anunció el paro de algunas cerveceras, las empresas de cemento también paran y con ellas la construcción, una de las actividades más intensivas en mano de obra que es muy vulnerable y que ya venía de un año terrible. 

El sector de la construcción representa el 8% del PIB y es un sector que se había resistido a detenerse. Cientos de miles de albañiles en el país, que por lo regular viven al día, siguen trabajando con el poco stock que tienen todavía las empresas y las ferreterías y distribuidoras de cemento en las ciudades. 

Y es que la producción del cemento y del concreto no fue considerada como una actividad esencial en el Acuerdo por el que se establecen acciones extraordinarias para atender la emergencia sanitaria. 

Pese a que el comunicado emitido por la Cámara Nacional del Cemento fue emitido el 1 de abril, para evitar en la medida de lo posible que se paralicen actividades esenciales que dependen del cemento, el despacho del mismo lo continuarán haciendo las cementeras hasta este viernes 3 de abril, por lo que dejarán de abastecer a la obra pública y privada a partir del sábado 4 de abril, esto incluido a las más de las 62,000 ferreterías del país y otros distribuidores. 

El problema es que de alargarse la emergencia sanitaria el equipo no puede ser abandonado, sobre todo los hornos, que deben tener una operación constante so pena de sufrir daños severos. Si todo sale bien, a partir de mayo todo volverá a la normalidad, pero si no es así, el golpe al PIB será brutal pues la industria del cemento es importantísima aunque no sea actividad considerada como “esencial”. 

Haga sus provisiones. A partir de este sábado, será cada vez más difícil encontrar cemento.