No supieron qué hacer, no quisieron, o no les dio el seso para más y a sabiendas de que pasajeros mexicanos y extranjeros llegaban a México provenientes de países calientes y gran incidencia del COVID-19 como China, España, Italia, Alemania y otros y de que el modo de contagio estaba más que estudiado; el gobierno federal no tomó las medidas necesarias para someterlos a cuarentena obligada como medida de supervivencia y evitar que el COVID-19 entrara al país.

No era necesario cerrar aeropuertos, con solo poner en vigilancia durante el tiempo que se incubaba el virus hubiera sido suficiente para aislarlo y no infectara en gran número a los mexicanos. Destinar uno o dos hospitales para observación, pruebas y vigilancia, quizá hubiera ahorrado o aminorado el contagio masivo en el país.

Pero los dejaron pasar. Ni un análisis, ni una prueba… Puertas abiertas a los cruceros… ¡Qué barbaridad! 

No quisieron o no supieron aplicar esa estricta medida que sí usaron en otros países.

Por todo ello, el poderoso subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, acaba de informar que el fin de la epidemia de COVID-19 en el país se prevé para el 25 de junio. ¡Casi dos meses más!

Pero “sólo si se sigue con el cumplimiento de las medidas de la Jornada de Sana Distancia”.

¡Qué barbaridad! Les fue más fácil someter a confinamiento a los mexicanos que a los que llegaban de viajes de placer al país desde países calientes.

Y lo peor, les fue más fácil paralizar las actividades económicas de todo el país, que poner en cuarentena a los evidentes portadores del COVID-19 como ha quedado plenamente demostrado.

De veras… ¡Qué barbaridad!

Es un genio este señor López-Gatell