“Ya viene lo peor del COVID-19”, nos han estado diciendo las autoridades federales desde hace semanas López-Gatell y López Obrador. Nos han dicho que las próximas semanas serán críticas, y sin embargo, no proponen nada diferente para disminuir el brote que se prevé será salvaje. Sólo atinan a seguir invitando a Quedarse En Casa, invitación que millones de mexicanos no han atendido. 

Desde la Presidencia de la República se debería estar hablando con la verdad, se debería estar aceptando que millones de pequeñas empresas no esenciales siguen abiertas, que millones de mexicanos siguen en las calles, que son millones los que se siguen moviendo y que, a ese paso, será imposible detener el esparcimiento exponencial del virus. 

Tuvo que ser un Gobernador (de oposición, obviamente) el que hablara fuerte. Enrique Alfaro, Gobernador de Jalisco, declara tolerancia cero ante la imprudencia y la desidia, y es él quien está diciendo lo que se debería decir desde Palacio Nacional. 

Con amables invitaciones a quedarse en casa, no evitaremos que llegue el lobo. Estamos como en el cuento de Pedrito: “ahí viene el Lobo, ahí viene el Lobo”, pero cuando llegue ya no habrá lugar para reproches. 

Enrique Alfaro le habló duro a los jaliciences, pero lo hace con la conciencia de que está en juego la vida de todos.  

“No es justo que quienes sí están acatando estas medidas paguen por quienes no lo hacen”, señaló. Y en eso tiene muchísima razón. Nadie en su sano juicio podría estar en contra de esa premisa. Son millones de mexicanos los que están sufriendo, que dejaron de ingresar recursos, que no pueden hacer su vida normal, que no pueden ver a sus familiares y amigos; pero también son millones de mexicanos que, con la imprudencia por delante, ponen en riesgo a quienes sí quieren poner su granito de arena ayudando a este país. Son a esos millones de mexicanos a los que el COVID les da “equis”, a los que se debe meter en cintura y no con cándidos hashtags y la fuerza moral, sino con la fuerza de la razón y la seguridad pública por delante.  

Enrique Alfaro advirtió que tiene muchas diferencias con el Gobierno Federal “con la forma en que han manejado esta crisis, pero Jalisco será siempre solidario con el país y responderemos a su llamado, una vez más, haciendo lo que nos toca”. Y será precisamente por ese desencuentro que muchos criticarán sus medidas, pues no pueden ver más allá de sus narices y piensan que todo es política y que nadie, absolutamente nadie, puede pensar diferente o tener sus diferencias con el Gobierno de López Obrador. 

No obstante, Alfaro fue contundente “A partir de este lunes, las medidas de distanciamiento social tendrán carácter de obligatorio, quien no las cumpla será sancionado, y la fuerza pública tendrá la encomienda de hacerlas cumplir”. 

A esta epidemia o le entramos duro y sin medias tintas, o nos quedamos fuera. 

El mensaje vino de un gobierno de oposición, pero eso no le quita lo certero. 

@AtticussLicona