A principios de abril, el doctor Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, trataba de poner en perspectiva a la población mexicana de cuál era la verdadera dimensión del COVID-19 en México. 

En ese entonces, cuando comenzó a paladear el ya famoso modelo Centinela, advirtió que para calcular una cifra más realista, los casos confirmados debían ser multiplicados por un factor de multiplicación de 8.2, y que este factor se iría modificando conforme pasaban las semanas. 

En esos días comentó que “la siguiente semana, de acuerdo a la intensidad de transmisión, en particular el porcentaje de confirmación de COVID, es decir la proporción de personas que salen positivos, eso nos puede llevar a ajustes generalmente hacia arriba sobre la cantidad de casos estimados”. 

Sin embargo, desde aquellas fechas, a ya casi un mes de distancia, dicho factor de multiplicación dejó de ser nombrado en las conferencias y al parecer ya le causa escozor a López-Gatell. 

En la conferencia de prensa de este sábado, a pregunta expresa de una reportera, López-Gatell tuvo que hacer grandes esfuerzos para guardar la compostura y no verse molesto. “No hay número”, “No hay factor de corrección”, “No es que haya un prenúmero”, dijo una y otra vez Gatell, quien había prometido actualizar el factor de multiplicación cada miércoles para calcular de manera más realista el número de contagios. 

Dicho factor seguramente no gustó en las altas esferas, pero ante la insistencia de los reporteros y aunque Salud pateó el bote toda esta semana, al parecer este domingo se volverá a explicar el tema, ahora sí con palitos y bolitas, a ver si por fin queda claro. 

Este factor derivado del sistema Centinel, por cierto, es el que le dio sustento a la decisión gubernamental de no hacer más pruebas que las que escasamente se realizan.