La pandemia por el COVID-19 ha sacado a flote hechos de corrupción en el Gobierno de Enrique Peña Nieto que se presentaron en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) bajo la responsabilidad de tres de sus ex directores, según datos  dados a conocer por “Impunidad Cero y Justicia Justa en el estudio de Facturas falsas: la epidemia en el Sector Salud”, analizados por la reportera Zorayda Gallegos y publicadas este mismo día por El Universal. 

El primero de ellos es presuntamente el veracruzano José Antonio González Anaya, originario de Coatzacoalcos, que incluso se mencionó muy fuerte para ser el candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz en la elección del 2016 que al final ganó Héctor Yunes Landa. 

González Anaya dirigió el IMSS durante el 2012-2016, dos de los años en que se desviaron 4 mil 179 millones de pesos hacia empresas fantasma en todo el Sector Salud. 

El otro priista que dirigió al IMSS en el periodo de fuertes desvíos fue Mikel Arriola 2016-2017; y el tercero de los directores del IMSS que también es investigado por el SAT por presuntos desvíos es Tuffic Miguel 2017-2018.

El asunto ha salido a la luz debido a que se presume que parte de esos desvíos se dieron en la supuesta adquisición de insumos que hoy son solicitados para hacer frente al COVID-19, como son 15 ventiladores pediátrico-adulto-neonatal, así como 250 mil uniformes quirúrgicos, 80 mil batas para aislamiento, 114 mil 746 colchas y sábanas para camas hospitalarias, así como cientos de equipos médicos, instrumental quirúrgico y medicamentos, que el SAT ya determinó que se realizaron por simulación con empresas fantasma que no contaban con empleados ni infraestructura para llevarlas a cabo. 

El SAT ha informado que durante 2014 y 2018, el IMSS contrató a 133 empresas fachada o fantasma por 320 millones de pesos.