En los últimos días las autoridades del Gobierno de México han insistido una y otra vez que se ha domado al coronavirus y que la curva se ha aplanado, cosa que ha sido duramente criticado por los detractores del Gobierno… pero también por los que quieren creer en el gobierno. 

Y es que la dialéctica no siempre está aparejada con la realidad. Mientras el Gobierno siga señalando que la curva se ha “aplanado” y se siga viendo la curva de contagios subiendo y subiendo, difícilmente habrá una concordancia entre lo que se dice y lo que se ve. 

Para la ciudadanía, los de a pie, el tener una curva “plana”, sin duda significa que el número de contagios se ha estabilizado y que poco a poco irá en bajada. Sin embargo, para el Gobierno, o mejor dicho para los científicos epidemiólogos, no significa lo mismo. 

El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, estimó que gracias a la Jornada Nacional de Sana Distancia disminuyó cerca del 60 al 75 por ciento la cantidad de contagios de COVID-19 en México. 

En conferencia de prensa, señaló que la cantidad de casos es menor en comparación a la cifra que se hubieran tenido sin las intervenciones implementadas por el Gobierno de México.

Explicó que al inicio de la epidemia se tuvo una duplicación de casos cada dos días. Incluso, entre los primeros cuatro a cinco días se alcanzaron los 100 casos; sin embargo, posteriormente se registró un cambio drástico de la curva.

“Empezamos a tener duplicaciones cada cinco días, al llegar al día 40 tuvimos un cambio y estamos teniendo duplicaciones cada seis días”, por lo que cada vez se ha hecho más lenta la epidemia.

“Esta es la razón por la que decimos, con ésta y otros elementos de evidencia, hemos aplanado la curva. Para que nadie se confunda y malinterprete, aplanar la curva no quiere decir que es exactamente plana”, apuntó. 

O sea, que no, pero sí… o sí pero no… o como dicen una cosa, dicen la otra.