A comparación del resto del mundo, un país que no optó por el confinamiento de la población es Suecia. En dicho país se procuró seguir haciendo una vida dentro de lo que cabe “normal”. Allá no se cerraron negocios, ni escuelas, ni restaurantes o bares, y lo único que hicieron es mantener la distancia, de preferencia transportarse en bicicleta, trabajar desde casa si es posible, no visitar asilos, entre otras medidas. 

Allá se apostó diferente y aunque han sido acusados de irresponsable por no adoptar las medidas que siguen otros países, al parecer no les ha ido tan mal. 

Aquí en México, al contrario, se optó por seguir algunas -no todas- de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y junto con la emergencia sanitaria nos cayó encima el desastre económico. 

Las cifras en ambos países son similares. México es el país 15 en número de muertos y Suecia el 14. En el último reporte Suecia tenía 23,918 casos confirmados y 2,941 muertes; mientras que México tiene 27,634 casos confirmados y 2,704 muertes. 

Claro, hay una enorme diferencia en cuanto al tamaño de la población, lo que hace que Suecia tenga 2,315 casos por cada millón de personas, mientras que México tiene 218 por cada millón. 

Si la opción Sueca era la mejor, sólo el tiempo lo dirá. Lo cierto es que en dicho país están soportando la pandemia con menos problemas económicos. En México, las medidas adoptadas no han sido tampoco en completa concordancia con lo que indica la OMS, sólo se han seguido algunas aunque al momento se ha visto y es notorio que no se siguen al pie de la letra. 

Al final del túnel se podrán comparar números y estrategias, y se deberá analizar si la estrategia seguida en México fue la correcta o no. Hablar de seguir el modelo Sueco en México seguramente es una locura, pues si con prohibiciones el pueblo bueno no entiende, sin prohibición alguna quién sabe cómo estaríamos.