Los sabios bebedores de café, desde sus respectivos encierros por la pandemia, comentan que a nivel nacional, a los sobrinos del compadre de Rocío Nahle solo les rescindieron el contrato tras el presunto tráfico de influencias fabricado gracias al IMSS, pero que hasta allí llegará el tema.  

Con relación al hijo de Manuel Bartlett Díaz, favorecido igual mediante otro presunto tráfico de influencias otorgándole otro contrato millonario por adjudicación directa también en el IMSS de Zoé Robledo, le aplicaron la misma medicina que a su padre el titular de la Comisión Federal de electricidad: enviaron su caso a la Secretaría de la Función Pública en manos de los que muchos consideran la benefactora de malhechores, Irma Eréndira Sandoval. 

Así, mediante una ‘profunda y acuciosa’ investigación de Doña Irme Eréndira, se tomó la decisión de solo devolverle sus 100 ventiladores al hijo de Bartlett. El IMSS iniciará, como medida de remediación, un proceso de rechazo de los carísimos ventiladores a razón de 1.5 millones de pesos por unidad. 

Pero para los funcionarios que admitieron la entrega de los ventiladores cuyas características no eran las que se indicaban en las bases técnicas… a esos, simplemente se les hará un extrañamiento administrativo. 

¡De lujo! ¿No? 

En lo que respecta a la corrupción oficialmente aceptada de las aduanas del país, AMLO prefirió cambiar de jinete que ir contra los funcionarios y empresas detectados como parte del monstruo de 100 cabezas. Mandaron a Ricardo Ahued de regreso al Senado y en su lugar ponen a un funcionario moreno, moreno, que ve a las aduanas solo como una caja recaudadora de impuestos. 

A nivel estatal, aun faltando a sus deberes legales, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez si bien separó de sus cargos a Leslie Garibo Puga de la Contraloría, a Verónica Aguilera Tapia del DIF estatal y a María Guadalupe Argüelles de la Secretaría de Trabajo; las tres hoy gozan de cabal salud, y si cometieron algún delito, sus secretos se irán a las tumbas del perdón y el olvido. 

Así, de no ser por lo publicado en medios, los señalados funcionarios de Morena y sus favorecidos proveedores estarían aumentando sus cochinitos para futuras y eventuales necesidades financieras de campaña para el 2021 o el 2024. 

Los canillazos del día se los han ganado a pulso los órganos de fiscalización del Gobierno federal y estatal que no han logrado darse cuenta de nada irregular en el manejo de los recursos públicos.