Crimen organizado, contrabando, corrupción y lavado de dinero, es parte del monstruo de 100 cabezas llamado Dirección de Aduanas. 

Con este monstruo fue con el que no pudo Ahued y en honor a la verdad, después de escuchar a Horacio Duarte Olivares, nuevo administrador General de Aduanas, y su descripción del mismo, nadie podría exigirle más a Ricardo Ahued. 

Finalmente, Ahued es antes que político, un empresario y padre de familia, que tiene mucho más en qué pensar que andarle haciendo al valiente. 

En Aduanas, de ser necesario, hay que hacer ajustes a la Ley Aduanera para valerse de recursos tecnológicos y de colaboración con todas las dependencias del gobierno para que el Estado retome su control pues, como dice Duarte, “el crimen organizado tiene metida la mano”. 

Duarte recalcó que se pondrá especial atención en las siete aduanas más grandes del país, que concentran la mayor parte del comercio, pero también el mayor tráfico ilegal de mercancías y contrabando, y confió en que una vez que el Estado retome el control se elevará la recaudación de impuestos. 

Sobre las aduanas que están en manos del crimen, ha dicho: “Sabemos cuáles son, pero no lo vamos a dar a conocer para no romper el sigilo que estamos obligados a tener y vamos a ser muy cuidadosos en integrar los expedientes. Recordemos que parte de la impunidad en el país es que se filtran las investigaciones y los señalados usan mecanismos jurídicos para eludir sus responsabilidades precisamente por esas filtraciones”. 

Duarte Olivares expuso que los principales ilícitos de contrabando consisten en la introducción de armas, drogas, animales y mercancías no declaradas que no generan un impuesto, lo cual puede llegar en contenedores. 

“El tráfico está concentrado básicamente en las seis o siete aduanas más grandes del país, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, Tijuana, el Aeropuerto de la Ciudad de México, Manzanillo, Tuxpan y Lázaro Cárdenas, que son las que concentran el grueso de la actividad comercial del país… Vamos a trabajar por retomar el control de Estado en las aduanas y si quitamos a algunos elementos podridos y eso redunda en un beneficio para el país, así vamos a proceder". 

El monstruo de 100 cabezas es una hidra impresionante, a la que o se le entra con todo y de frente sabiendo que la vida misma está en juego, o se nada de a muertito y se coluden con el crimen organizado. 

Ahued, se reitera, es antes que político, un empresario, y difícilmente iba a arriesgar un patrimonio construido durante toda una vida por hacerle al Niño Héroe. Ahued ha tenido un primer escarceo con las grandes ligas y quién sabe si después de esto siga teniendo los mismos arrebatos para buscar la gubernatura… por cierto, otro monstruo de 100 cabezas.