Mucho ruido han causado, los dimes y diretes en los que se ha visto envuelta la Directora de la Comisión Nacional del Deporte, la exvelocista Ana Gabriela Guevara, con una supuesta cabildera que tendría en Xalapa, Armida Ramírez Corral, una joven muy conocida en el ambiente político desde hace muchos años; el tema ha sido ampliamente ventilado, por los conocidos periodistas Filiberto Vargas en su columna Punto de Vista y Victor Hugo Arteaga, quien ayer dio a conocer a través de su twitter personal, que la empresa Cocinas Industriales Multifuncionales de Calidad, Cimcsa, habría presentado una denuncia ante la Fiscalía General de la República, por posible extorsión y amenazas, en contra de Ana Guevara y el subdirector general de la Conade, Sergio Monroy Collado, entre otras personas. 

Les cuento que el representante de la empresa Cimcsa, Carlos Donaciano Solórzano, se relaciona con la Conade a través de Armida Ramírez Corral, de quien obtuvo la promesa de un contrato por adjudicación directa, para el suministro de alimento para deportistas y entrenadores; pues bien el contrato tendría vigencia de julio a diciembre de 2019, don Carlos Donaciano, alega que para que esto se diera la empresa debería apoquinar con 150 mil pesos contantes y sonantes, además del 15 por ciento del valor del contrato, el contrato se firmó pero los anticipos no llegaron en tiempo y forma, luego entonces el merequetengue se armó.

Ya para febrero de este año, según consta en la denuncia, la maestra Ramírez Corral le habría exigido al señor Donaciano vía telefónica, una fuerte suma de dinero más una comisión por su gestión ante la Conade, desde entonces se ha desarrollado una telenovela de tal dimensión, que hasta un desaparecido hay. 

Del litigio en medios de comunicación y redes sociales, pasaron al litigio en la Procuraduría General de la República, tal vez no ocurra nada, tal vez no le pase nada a Ana Gabriela Guevara y solo le pidan disculpas por la molestia, pero alguien deberá pagar por el show y definitivamente será la más débil, por eso es que hace falta el oficio y la academia, para no meterse en esos dimes y diretes que nada bueno abonan a la imagen y el prestigio de la Comisión Nacional del Deporte.

Al tiempo. 

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