Ya era tiempo de que el ORFIS fuera nota de medios por aplicar la ley y fiscalizar con rigor a los alcaldes manos libres que hacían y deshacían con dinero que no es suyo sin que nadie pudiera echarles el guante, pues por lo regular todo se negociaba en lo oscurito dentro de los cubículos del Congreso del Estado. 

El ORFIS había sido -hasta antes de la llegada de Delia González Cobos- una tintorería en la que se lavaban las culpas y se negociaba por debajo de las mesas el ‘vómito negro’ producto de reintegros millonarios que jamás iban a dar a las arcas de donde salieron los recursos, puesto que en las Cuentas Públicas no aparecían esos recursos reintegrados. 

Pero el parecer eso se ha acabado. 

Ahora, y pese a que el ORFIS tiene casi dos meses con suspensión de actividades por motivo de la epidemia del COVID-19, a los partidos políticos PAN, PRI y PRD, se les ocurrió que ese órgano intimida a alcaldes para que aprueben la Reforma Electoral que requiere la aprobación de al menos 107 municipios para la ratificación de los cambios Constitucionales del Estado. 

Los dirigentes partidistas en abierto le reclaman a Delia González Cobos por una supuesta intimidación o presión a ediles y hasta se quejaron de que en el ORFIS no les quieren recibir documentación a los partidos de oposición. ¡Caray! ¡Seriedad señores! No es que no se les quiera recibir a la oposición, es que no se está recibiendo documentación de nadie pues hasta Oficialía de Partes del ORFIS está cerrada. 

En fin, que se quiere revolver la gimnasia con la magnesia, y el adecuado trabajo que se viene realizando en el ORFIS confundirlo con presión política. 

Ojalá y la titular del ORFIS se mantenga firme y no se deje doblar por presiones políticas, a ver si de una vez por todas el ORFIS justifica los objetivos de su creación, aunque para ello tenga que exhibir las malas cuentas de los municipios llorones.