La pandemia del COVID-19 en el país no solo trajo consecuencias funestas en las vidas de los mexicanos y empeoró la situación económica del país, sino que también impactará en la política nacional de manera aún no lo suficientemente evaluada.
Los sabios bebedores de café, desde sus confinamientos voluntarios, comentan que termine como termine el periodo de confinamiento ‘recomendado’ por las autoridades de Salud del país, las culpas políticas se le aglomerarán exponencialmente al partido político en el poder. Sobre todo por la serie de inconsistencias declarativas tanto del Subsecretario López Gatell como por los desencuentros con varios de los gobernadores y la Jefa de Gobierno de la CDMX. Sin contar que la pandemia encontró un Sector Salud en proceso de organización pero principalmente desmantelado y sin recursos a la mano para hacerle frente a la contingencia.
El sentir de los mexicanos raya entre el enojo y la frustración, principales elementos que influyen en las decisiones electorales, y estos elementos cada día se agudizan más y más: unos por tener que salir a trabajar exponiendo su propia vida; otros por ser empresarios que han tenido pérdidas millonarias en sus negocios; otros –los desempleados- por no tener qué comer; otros por cumplir fielmente las recomendaciones; mientras que muchos, pero muchos más, no obedecieron las indicaciones preventivas de contagio por sus polainas.
Así, aunque las culpas no sean del todo adjudicables al actual gobierno de MORENA, muchos serán los votos que perderá en las urnas en el 2021.
¿Cuántos? En gran sentido dependerá de la inteligencia política de los partidos de oposición y cómo podrán canalizar el descontento popular hacia el gobierno de la 4T y de Morena, sin contar las guerras intestinas de ese partido que en materia de unidad han dejado mucho que desear. |