Hace unos días fue noticia el préstamo que el gobierno federal adquirió por parte del Banco Mundial (BM) por la cantidad de mil millones de dólares, puesto que una de las consignas de esta administración era no adquirir más deuda. Aunque ya demostramos que esto último sí lo hicieron con datos oficiales de la Secretaría de Hacienda, ahora lo haremos con los datos del BM, por si quedaran dudas.

Desde marzo del año pasado a la fecha existen cinco créditos activos del BM al gobierno de México:

• Proyecto de Financiamiento Rural en Expansión por 400 millones de dólares


• Financiamiento de Políticas de Desarrollo para Inclusión Financiera de México por 500 millones de dólares


• Modernización de los Sistemas de Gestión Financiera Pública en México por 110 millones de dólares


• Seguridad del Agua y Resiliencia para el Valle de México (PROSEGHIR) por 120 millones de dólares


• Acceso Financiero COVID-19 por mil millones de dólares. 

En Palacio Nacional se argumentó que este último era una «operación de rutina», que era una solicitud del año pasado y que nada tenía que ver con la pandemia. Como es costumbre, los dichos de este gobierno contrastan con los hechos, pues sólo basta con buscar en internet dicho préstamo y ahí, en la página del BM, se puede constatar que el crédito fue aprobado el pasado 19 de mayo de este año, además de la obviedad de que la etiqueta del crédito lleva COVID-19 en el nombre.

Lo preocupante aquí no es (tanto) el préstamo, con el pésimo manejo de las finanzas de esta administración (antes y durante la pandemia), era predecible que se empezaran a ahogar en deuda, como lo han hecho desde el año pasado. El tema es que están negando que dicho recurso sea para afrontar los estragos ocasionados por el coronavirus, entonces, ¿para qué es? 

Posiblemente lo quieran destinar a los proyectos como Dos Bocas o el Tren Maya, tal vez sea para mantener a flote los programas clientelares o probablemente se dirija hacia el interminable rescate de PEMEX. Cual sea el caso, no se está destinando a donde debería: a la batalla contra el COVID-19.

De pronto, en vez de que se destine tiempo de la “mañanera” para abordar este u otros temas de igual o mayor relevancia, resulta que la gran noticia de la semana es el “Bloque Opositor Amplio”, mejor conocido como “BOA”, un supuesto plan secreto para derrocar al presidente. Creer que esto es real es equivalente a pensar que Bartlett no es corrupto, pero bueno, el fanatismo rebasa cualquier rastro de inteligencia hasta en la persona más preparada.

Obviemos que el “BOA” pasará de largo como lo fue la disculpa por la Conquista, la rifa del avión sin avión, el “pleito” entre Alatorre y Gatell y los demás distractores que este gobierno está acostumbrado a generar para evadir sus responsabilidades. Lo que no pasará pronto será la pandemia, por lo que ese crédito nos caería muy bien en la batalla contra la misma, lástima que el presidente ya tiene otros planes… 

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