Los sabios bebedores de café, aún desde su autoconfinamiento por la pandemia, nos comentan que lo más probable es que en este fin de semana y el que sigue las presiones políticas en contra del Presidente Andrés Manuel López Obrador se intensifiquen y lleguen a extremos no vistos hasta ahora en el país. 

Y es que el presidente adelantó que el SAT detectó a 2 mil 600 empresas ‘fantasma’ vinculadas con 80 mil empresas a las que presuntamente les vendieron facturas para evadir impuestos. 

El fraude al SAT rebasa los 400 mil millones de pesos e involucra a altos funcionarios y políticos. 

El caso es que si se desata el caos alentado por esos funcionarios y políticos supuestamente involucrados, la culpa será del mismo Presidente AMLO, pues para qué anunciar lo que debió callar y ordenar lo que de acuerdo con la ley procede. 

Lo que quieren los mexicanos es que acabe la corrupción, no que se anden dando ‘pitazos’… porque eso fue lo que hizo AMLO, les dio el ‘pitazo’ a los defraudadores. 

¿Para qué? ¿AMLO busca negociar con ellos? ¿Busca espantarlos para que sumisos se metan a sus casas y dejen de causarle problemas sociales por doquier? 

Lo que debiera hacer al respecto la próxima semana es presentar los nombres y apellidos de los factureros y defraudadores y avisar que ya se encuentran tras las rejas. 

Cualquier cosa diferente es Caja China. 

Es más, los mexicanos no quieren sólo saber sus nombres, quieren que sean castigados, encarcelados y obligados a resarcir al fisco lo que evadieron. 

Los canillazos anticipados son para AMLO pues lo más probable es que al pegarle de palos árbol lleno de cuervos, estos vuelen y se les escapen a Santiago Nieto Castillo.