El gobierno de Cuitláhuac García ha abierto un frente que le puede generan severos dolores de cabeza en los meses que están por venir. 

La relación entre la administración estatal y la Iglesia Católica pasa por uno de sus momentos más complicados, y gran parte de la responsabilidad es –sin duda- del gobierno de Morena, que ha pasado de la confrontación mediática a la toma de decisiones polémicas, que habrán de ser resueltas en los tribunales.

A todo ello habrá que sumarse una fortalecida campaña de vandalismo en contra de bienes y símbolos religiosos, una actitud que nunca antes se había visto, por más tensas que estuvieran las relaciones entre ambas partes.

Este domingo el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, el padre José Manuel Suázo Reyes condenó los actos vandálicos realizados contra la imagen de la Virgen de Guadalupe en el Mercado San José de la capital veracruzana.

“La madrugada del 20 de junio de 2020 se llevó a cabo otro acto de profanación religiosa. Unos jóvenes quemaron  el altar de la virgen de Guadalupe que  se  encontraba a la entrada principal del Mercado Alcalde y García, mejor conocido como el Mercado San José. La Arquidiócesis de Xalapa lamenta profundamente y condena enérgicamente este acto vandálico que ofende la fe de los creyentes católicos. Es muy lamentable que existan estos atentados y que impere prácticamente la ley de  la selva”, expresa el comunicado de la Iglesia.

Los propios locatarios del Mercado Alcalde y García expresaron su dolor y coraje debido a que en la madrugada del sábado hombres encapuchados quemaron el altar donde se encontraba la imagen de la Virgen de Guadalupe.

La imagen tenía 50 años de haber sido colocada a la entrada de esa central de abastos y nunca había sufrido alguna agresión,.

Mónica Hernández Hernández, representante de los comerciantes del mercado, dijo desconocer los motivos para tal agresión:

“A los locatarios nos duele mucho esto, no sabemos el motivo por el cual haya sido hecho, pero atentaron contra una imagen muy querida para nosotros. Esto lo podemos reparar y colocar de nuevo la imagen, pero nos han golpeado muy duro, han lastimado a una imagen muy querida”.

Pero esta es apenas la más reciente expresión de intolerancia en contra –exclusivamente- de la Iglesia Católica.

En los primeros meses del presente año, tanto el coordinador de los diputados locales de Morena, Juan Javier Gómez Cazarín, como el secretario de Gobierno de la administración estatal, Éric Cisneros Burgos, respondieron en los medios de comunicación a señalamientos puntuales de la Iglesia.

Cuando se criticó la reforma electoral, o cuando se llamó elegir a un perfil de Fiscal General con probada capacidad y experiencia, desde el Congreso y desde Palacio de Gobierno salieron a acusar al vocero de la Arquidiócesis de hablar sobre temas que desconocía, además de invocar el Artículo 130 de la Carta Magna para “sugerirle” que se dedicara a “predicar la Palabra” y dejar a los políticos hacer su tarea.

La confrontación alcanzó niveles alarmantes cuando, sin previo aviso, “al cuarto para las doce”, se introdujo en una sesión del Pleno de la Legislatura local un dictamen de reforma al Código Civil, en el que se abre la posibilidad de formalizar las uniones entre personas del mismo género, por lo pronto por la vía del concubinato.

Coincidiendo con esas medidas, durante las noches, con los rostros cubiertos, un grupo bien organizado se ha dedicado a hacer pintas, grafitis en las paredes de los templos católicos, en contra de los representantes de esa religión.

Las posturas se han endurecido. Así lo muestra lo plasmado este domingo por la Arquidiócesis de Xalapa en su más reciente comunicado:

“Vivos tiempos convulsos, tiempos de mucha incertidumbre; las victimas del Covid-19 en nuestro país superan ya los 20 mil y -reconocido por la misma autoridad- las cifras reales podrían ser mayores; no sabemos a ciencia cierta cuándo terminará esta tragedia descontrolada; el número de desempleados ha crecido exponencialmente y se reconoce que aumentará el numero de pobres en varios millones en nuestro país; la economía anda muy mal y no faltan los discursos encantadores que además de estar lejos de la realidad sólo provocan fastidio y molestia social”.

Vienen tiempos electorales, y a menos que la soberbia los haya llevado a creer que su fortaleza política está por encima de la fe de los veracruzanos, esta actitud de los representantes de Morena podría tener un muy alto costo el próximo año.

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