Para los sabios bebedores de café no existen motivos reales para que se estresen Peña Nieto y Videgaray. ¡Vaya! Ni siquiera un tierno y pasajero insomnio. Las declaraciones, afirman, no son pruebas y se refieren desde luego a las que hábilmente negoció el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin. 

Las declaraciones son un indicio, pero ni siquiera la confesión es relevante en el nuevo Sistema de Justicia Penal. Si Lozoya no documenta todos sus dichos, tendrá el mismo valor de lo que han dicho columnistas y politólogos. 

Sin embargo, como lo que importa en estos tiempos ya cercanos al 2021 es el ruido mediático, aunque las haya validado el propio Presidente López Obrador, no existen pruebas, aseguran. 

El circo mediático está montado, tendrá sus picos en otros momentos de crisis del Presidente como el que se vive por no poder detener la ola de contagios por el Covid, ya que para llegar a Peña y Videgaray faltan aún muchísimos escalones procesales por barrer e insistieron en que una simple declaración –cuando las haga Lozoya- es algo puramente mediático. 

Y para muestra un botón de sobra conocido en Veracruz: ¿Acaso Tarek no soltó toda la sopa? ¿Dónde están los saqueadores que mencionó? Hasta hoy solo han servido para que se emitan dos órdenes de aprehensión y el resto está disfrutando sus fortunas… ¿Cuánto va desde que Tarek cantó? ¿Cuánto falta para el 2021? Saque sus cuentas querido lector. 

Canillazos para los que le apuestan más a oportunos circos mediáticos que a un pulcro y justo proceso legal.