Según lo declarado ayer por el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, el exdirector de PEMEX, Emilio "L", denunció indirectamente ante esa institución al expresidente Felipe Calderón Hinojosa, pues durante su sexenio se habían otorgado beneficios económicos a Odebrecht, mediante la planta petroquímica Etileno XXI que opera en Veracruz. 

Esto fue lo que dijo el Fiscal General: “También existe otra parte –en la denuncia de Lozoya- que habla de Etileno XXI, que eso fue durante la administración anterior [Felipe Calderón] y en ese caso específico él [Emilio "L"] señala que también hubo una serie de beneficios de carácter económico a favor de esa empresa que también está vinculada con una compañía mexicana, que es socia de Odebrecht, y a la que también se les dieron una serie de privilegios en los precios de los insumos en los que el gobierno federal tuvo pérdidas muy graves”, subrayó el Fiscal. 

Desde luego que esos beneficios no debieron ser gratis, pues también en el tiempo de Felipe Calderón se documentó en medios la ‘buena’ relación de los empresarios de Odebrecht con el Presidente Calderón y sus frecuentes visitas a Los Pinos. 

Hay que recordar que quienes inauguró la planta "Etileno Siglo XXI" en Coatzacoalcos fueron Felipe Calderón y Javier Duarte de Ochoa. 

En Veracruz también hubo beneficios dudosos que se le dieron a Odebrecht, tanto en Etileno Siglo XXI con el amarre de sindicatos como en el Puerto de Veracruz, donde Duarte dio todas las facilidades para otra inversión millonaria en Jalcomulco donde se pretendía construir una presa.

¿Eso también saldrá a la luz en el Caso Lozoya, o esas son minucias? 

Por cierto, a diferencia de Peña Nieto que aguanta el vendaval a pie firme, Felipe Calderón se dice ‘perseguido político’ de AMLO. 

Al respecto el Presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó esta mañana en Palacio Nacional que con la denuncia interpuesta ante la FGR por Emilio Lozoya se deberá llamar a declarar y comparecer en juicio a los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. 

No cabe duda que la samba brasileña puso a los expresidentes a bailar como locos encima del abundante tapete de dólares ilegales.