Se comenta en los cafés que ninguno de los perredistas de viejo cuño quiso la Presidencia Estatal del PRD en Veracruz. Se sabe que por más que le rogaron a David Velasco Chedraui, éste les dio el avión y no le quiso entrar, vaya, ni Cuauhtémoc Velázquez quiso, ¡Imagínese! 

Comentan que Bernal dijo ¿Con qué ojos divina tuerta? ‘Si me pagan un buen sueldo le entro’, y como el sueldo cuando hay es muy poco, pues igual dijo que no. 

Por cierto que rondan por ahí versiones de que la única mujer que quería aventarse al ruedo fue Jazmín Copete, ex diputada local, cacique de Tres Zapotes y la laguna del Apompal en Santiago Tuxtla, solo que desde la cocina, Arturo Herviz la paró en seco y le dijo que ¡No! 

Así, ante tanto rechazo, a Chucho Velázquez se le vino la idea y viendo de frente a Rogelio Franco Castán se la soltó: ‘Ni modo compadre, te toca’, a lo que éste contestó que no… “pero tengo uno que no se va a negar. Déjame hablar con él y lo platicamos”, le aseguró el ex secretario de gobierno yunista. 

Fue así como Rogelio buscó a su excolaborador y hombre de confianza en la SEGOB de Yunes Linares, Sergio Cadena, hombre de no tan buena reputación, dos veces alcalde de Catemaco y a la voz de ya lo hizo Presidente del Comité Directivo Estatal de PRD. 

A muchos les extrañó que en el pasado Consejo Político Estatal en el que fue ungido Sergio Cadena no hubiera tiros, sillazos y golpes como antes había. Pero ¿Cómo iba a haber todo ello si a nadie le interesaba ese cascarón de izquierda que con Yunes Linares se pintó de azul y hoy no es más que un cementerio político? 

Canillazos duros a los que llevaron a ese otrora poderoso partido a este páramo desolado.