Para los que no han entendido qué significa transformar, los sabios bebedores de café precisan que se refiere a cambiar todo lo que está. Significa transfigurar, transmutar, desencajar, evolucionar, es decir, darle vuelta a la hora e iniciar un nuevo escrito. 

Y bueno, quizá haya razón en la confusión que muchos por ahí traen, ya que las transformaciones que ofrecieron anteriores gobernantes fueron puro pico. 

¿Recuerda la transformación de Fox? Fue la misma gata solo que revolcada. A las víboras las convirtió en serpientes; los changarros en tendejones; y la corrupción en aprovechamientos legales para sus entenados. 

Pero ahora que desde Palacio Nacional se toman medidas radicales, pues medio país anda de cabeza. 

La transformación va, y dentro de ella se dio la entrada al Congreso Local a las peticiones de los ayuntamientos de Veracruz, Boca del Río y Medellín, para que se extingan las concesiones otorgadas a las empresas privadas Grupo CAB y Grupo MAS, cuyos servicios han dejado mucho que desear. 

Ayer mismo fue remitida a las Comisiones Permanentes Unidas de Hacienda Municipal, y de Agua Potable y Saneamiento, la documentación y solicitudes de esos ayuntamientos. 

Es decir, la dudosa, leonina e inexplicable privatización del agua en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín, será corregida… obvio, no sin la oposición de quienes la apoyaron, impulsaron y desde luego se beneficiaron. 

Canillazos para los que a costa del beneficio personal, hipotecaron el futuro del país.