Al puro estilo déspota y majadero del eterno Manuel Bartlett Díaz fue la respuesta rasposa que le dio a unos reporteros en Tabasco al referirse a lo declarado por el gobernador de ese Estado que demandaría a la Comisión Federal de Electricidad por malas decisiones técnicas en el desfogue apresurado de la Presa Peñitas que inundó y afectó miles de hectáreas y dejó en la calle a miles de tabasqueños.
Bartlett dijo a voz de cuello que esa demanda le daba risa: ‘Me da risa esa demanda’.
¡Qué falta de sensibilidad ante el dolor ajeno! El dolor de los tabasqueños y un pueblo que lo vio nacer y lo cobijó en su niñez a él y a su familia.
Sabido es que Manuel guarda un gran resentimiento en su corazón por la forma en que los tabasqueños sacaron de Palacio a su padre cuando fue gobernador de Tabasco, pero la agria, ríspida e irrespetuosa respuesta quizá no haya sido por ello, sino por la amargura histórica que guarda entre pecho y espalda.
Parte de historias negras en su vida política, parte del resentimiento hacia los tabasqueños, pero Manuel ahora sí que se voló la barda y ofendió a todo un pueblo en desgracia, una desgracia que él mismo días antes había aceptado que en el desfogue de la Presa Peñitas, ubicada en las partes altas de Chiapas con relación a Tabasco, hubo errores técnicos.
¿Le causa risa que por errores técnicos de, entre otros, su dependencia hoy cientos de miles de tabasqueños estén viviendo en la desgracia?
Eso no tiene ni perdón humano ni político señor Bartlett.
Tanto es así que el mismo gobernador de Tabasco calificó como un cinismo las hirientes e insensibles palabras de Bartlett: ‘Vaya cinismo para esconder irresponsabilidad’, dijo el gobernador Adán Augusto López Hernández.
La pregunta es, ¿Podrá así Bartlett evadir la responsabilidad?
Pero tal vez ni eso apresure su hora del retiro y de pagar sus cuentas pendientes, pues Manuel Bartlett parece que tiene vara alta.
AMLO tiene la palabra. |