En los últimos tiempos de convulsiones políticas y  pérdida de confianza hacia los partidos políticos, las avergonzadas militancias parecen estar tomando la batuta aún a pesar de los liderazgos cupulares.

Un ejemplo de ello es lo que está sucediendo en el PAN de Veracruz y de Morena cuya militancia está pasando por encima de las decisiones cupulares. Los Morenos no quieren a los Verdes y los panistas no quieren a los priístas. Pero en el PAN las bases van mucho más allá, éstas se le rebelan a su dirigente estatal. 

Y a nivel nacional estos movimientos de las militancias se están presentando en MORENA y su rechazo a las alianzas con el Partido Verde Ecologista Mexicano cuya estrategia de pegarse con cada partido que se perfila y llega al poder le ha creado su propia supervivencia política. 

Sin embargo, el Verde parece no darse cuenta del rechazo de las bases Morenas en San Luis Potosí. Tan es así que los Verdes se levantan llenos de vanidad política y salen a gritar a los cuatro vientos que no necesitan de MORENA para ganar en Nuevo León por lo que irán solos casi en todas las 300 candidaturas a diputados del Congreso de la Unión. Aunque lo real es que en NL los Morenos tampoco quieren a los Verdes. 

Lo curioso es que en los otros dos Estados donde MORENA y el Verde habían planeado ir juntos por las gubernaturas está pasando exactamente lo mismo. 

Y en Veracruz ya ni se diga, pues cada vez que alguien habla de alianzas por las diputaciones federales y locales o incluso de ir juntos Morena y el Verde, en algunos municipios a la militancia de Morena se les enchina el cuero. 

Lo anterior a pesar de que las dirigencias nacionales mantienen alianzas en el Congreso de la Unión y cada día aseguran que juntos hasta la muerte. 

La rebelión de los militantes está en marcha.