Bien dicen que las famosas ‘cajas chinas’ dan muy buenos resultados a quien las usa, pues desvían la atención mediática hacia asuntos que importan a la opinión pública pero que la mayoría de las veces no terminan en nada. 

La corrupción, cruzada principal del actual gobierno, se ha usado una y mil veces para desviar la atención de temas torales del país. 

Enrique Peña Nieto y anteriores presidentes de la República han servido como excelentes distractores políticos de la 4T. 

Y es que justo ahora, cuando a la 4T le ocupa desviar la atención de los contratos millonarios otorgados en PEMEX a la prima de López Obrador, se activa la Caja China del desvío de 774 millones de pesos de la Policía Federal en los últimos 6 meses del año de Hidalgo en el sexenio de Enrique Peña Nieto. 

Lo curioso del asunto es que las notas periodísticas son avaladas por documentación de la Auditoría Superior de la Federación que lo comprueban. 

El caso fue dado a conocer por medios nacionales con nexos internacionales que describen con detalles que el desvío se realizó  a través de empresas ‘fantasma’ creadas el mismo día de las operaciones criminales. 

Sin embargo, así como la Auditoría Superior de la Federación supo hacer que la información -incluso con detalles- llegara a los medios, lo interesante hubiera sido que informara cuántos y cuáles funcionarios se sancionaron por tales actos de corrupción. 

Como ha sucedido en otros casos similares, quizá el tema no sea encarcelar o sancionar funcionarios peñistas, sino solo exhibirlos para darle fuerza al discurso oficial. 

¿Contra quién va el tiro político en este caso? ¿Contra el senador priista Miguel Ángel Osorio Chong? ¿O contra Renato Sales Heredia, ex Comisionado Nacional de Seguridad, quien por estos días busca ser candidato al gobierno de Campeche por el Partido del Trabajo y de Morena? ¿O de plano es contra el que sea, mientras no se siga preguntando por Felipa, la prima incómoda de López Obrador?