Para nadie es un secreto que el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que armar su equipo de gobierno con gente que se le arrimó a lo largo de sus intentos fallidos rumbo a la Presidencia; la mayoría salidos, renunciados o corridos de otros partidos. 

Así, entre su equipo se allegó gente sin probada capacidad en la política ni en el servicio público, ni les preocupa, sobremanera, la honestidad de sus colaboradores. 

MORENA se armó con políticos prestados y los que habían acompañado a AMLO como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, pero también de mucho oportunista sin experiencia, capacidad y compromiso. 

AMLO lo sabía y por ello tuvo que sacarse de la manga una fórmula para integrar su equipo de colaboradores: 90% de honestidad y 10% de experiencia. 

Una fórmula salomónica que en el pecado ha llevado la penitencia. 

Por doquier saltan errores administrativos, en Salud, Educación, Seguridad Pública, pero sobre todo en la Fiscalización de los recursos desde donde le han brincado al Presidente pestilentes casos no detectados por esa área, pero sí por periodistas que han merecido la confianza de los opositores del gobierno en sus propósitos de exhibir que la corrupción no es solo un problema del pasado. 

Casos así se han ido acumulando, dañando la imagen y postulados de la 4T: el hijo de Manuel Bartlett burlando los controles del IMSS;  compadres de Rocío Nahle de la SENER; la prima hermana de AMLO en PEMEX; o los señalamientos de corrupción en la SADER; por poner solo algunos ejemplos; dejando aparte el paradigmático caso de David León, que estuvo a punto de manejar los multimillonarios recursos en la adquisición de medicamentos a no ser por la publicación de los videos que involucraban a Pío López Obrador, uno de los hermanos del Presidente. 

Así que si el 90% de la fórmula de AMLO no está pasando la prueba del añejo y en cuanto a la capacidad administrativa tampoco, el objetivo de conservar el poder por parte de MORENA podría verse muy complicado de alcanzar. 

Sobre todo porque hay otros personajes como David Monreal, hermano del Senador Ricardo Monreal y precandidato de MORENA al gobierno de Zacatecas carga sobre sus hombros una serie de denuncias por corrupción a su paso por la dependencia responsable del campo. 

O qué decir de Layda Sansores San Román, exhibida públicamente por el manejo desaseado de los recursos públicos que se pusieron en sus manos en el Senado de la República y hoy virtual candidata al gobierno de Campeche. 

Es decir, candidatos limpios y probos será difícil que MORENA  los encuentre y por lo tanto la lógica manda que no se podrá esperar resultados abrumadores en las urnas en junio del 2021, aunque ya sabe, al final la soledad de las urnas manda. 

¿De dónde sacará MORENA los angelitos puros y limpios que además tengan la capacidad política como para pelearles el rancho a tanto peleador callejero de los partidos de oposición? De allí la urgente necesidad de colocar a ciertos personajes en el imaginario colectivo rumbo al 2024. 

Es el caso de la invitación que ha trascendido le hizo la próxima Secretaria de Energía, Tatiana Clouthier, al diputado federal veracruzano Ricardo Exsome para que se convierta en subsecretario con ella en esa importante dependencia federal. 

Y es que Ricardo Exsome -de concretarse el nombramiento- se convertiría de inmediato en otro fuerte aspirante a la gubernatura de Veracruz, pues a través de su amiga, la titular de la SENER, Rocío Nahle, se le ha metido en los ojos al presidente Andrés Manuel López Obrador desde que ambos hicieron campaña en el 2018. Además, Rocío no ha quitado el dedo del renglón en cuanto a darle jugadas cada vez que puede, enviar líneas políticas a Veracruz a través de él o visitarlo con frecuencia en sus terrenos políticos de la zona conurbada. 

Por lo demás, Exsome es uno de los pocos MORENOS con fuertes relaciones con el sector empresarial del Estado. 

Así que MORENA pudiera estar construyendo sus propios escenarios y en el caso de Exsome, contaría con las palancas necesarias para el 2024 en caso de alguna emergencia política y en cuanto a la capacidad, pues como ingeniero constructor y universitario podría alcanzar y cumplir en modo alguno la próxima fórmula de AMLO, es decir un 50% de honestidad y otro 50% de capacidad. 

No hay que perder de vista que en Tatiana Clouthier, al convertirse en cardenal de AMLO, pudiera recaer el dedazo para encabezar la línea de la 4T en el 2024 y si eso llegara a suceder imagínese el poder que podría llegar a tener el actual diputado federal veracruzano. 

Esa debería ser la tendencia para ir corrigiendo improvisaciones en el equipo de gobierno si es que en verdad se quiere transformar este país, pasar la prueba de la revocación de mandato y consolidar a MORENA en el poder. 

@frlicona