Se termina el año legislativo en Veracruz y quedan por discutir y aprobar aún temas cruciales para el funcionamiento del Gobierno del Estado, por lo que se espera que los agarrones se pongan a peso tanto en la Junta de Coordinación Política como en el Pleno, pero sobre todo en los medios de comunicación y columnas políticas.

Y es que los líderes de las bancadas políticas tendrán que echar toda la carne al asador, puesto que cualquier falla o voto en contra de las necesidades más urgentes de la población repercutirá en el discurso político en el proceso electoral del próximo año.

 No será fácil, será una lucha de trenes  adentro y fuera del recinto parlamentario, por lo que el trabajo político del líder del Congreso Juan Javier Gómez Cazarín será puesto a prueba una vez más. Pero también estará en juego el pellejo político de Omar Miranda Romero, líder de la bancada azul, así como el de Erika Ayala Ríos del PRI y Alexis Sánchez García del grupo mixto MC-PRD-DSP.

La pregunta es, ¿cuál de todos los líderes de las bancadas de oposición sacará más raja política del Presupuesto?  

 Y es que en esta semana que viene, probablemente el jueves 17 de diciembre, entren a revisión, discusión y debate los proyectos de la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos para la ejecución de la actividad gubernamental del próximo año, que en opinión de diputados de Morena como Amado Cruz Malpica será muy debatido pues con elementos rectores para la vida pública del estado. .

 Y, cómo no, si de ahí dependerán aspectos tan importantes como la contención del Covid-19 y al mismo tiempo la reactivación de la economía.

 Se tendrá que discutir cuánto y cómo deberán de llegar los ingresos a la Tesorería; si deberá haber aumentos de impuestos o los propios diputados tendrán que autorizar la contratación de deuda pública para la reactivación de la economía.

 Es decir, los buenos o malos resultados de un gobierno no solo estriba en la ejecución del presupuesto sino también en la autorización de las principales líneas de acción que el Poder Ejecutivo deberá seguir. Si los presupuestos de ingresos y gastos se planean mal, de qué sirve posteriormente echar culpas, si de entrada es el Congreso el que decide qué hacer.

Y, en ello radica el intenso debate que se tendrá que hacer tanto en la Comisión Legislativa como en el Pleno.

 Si los diputados se equivocan Veracruz podría pasarse otro año con un presupuesto rígido y alejado de las verdaderas necesidades que ha planteado la pandemia del COVID-19 tanto para la atención y prevención de la misma como para la reactivación económica de los daños causados hasta hoy. Con la premisa de que bien a bien, nadie sabe a estas alturas qué viene más adelante para Veracruz.

 Se espera que el termómetro pase de 40°C, por lo que la labor de cabildeo de Juan Javier Gómez Cazarín se pondrá a toda prueba, pues el tiempo se les echará encima toda vez que antes de fin de año el Presupuesto de Egresos deberá ser autorizado de una o de cualquier manera.