Como se esperaba luego de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió la iniciativa preferente a la Cámara de Diputados con la consigna “no le muevan ni una coma”, este martes 23 de febrero se aprobó en lo general en el Pleno de San Lázaro, la Reforma Energética. 

En Comisiones ya se había demostrado cómo iría la votación, pues incluso allí llegaron al grado de no discutirla pues ¿Para qué, si de todas formas se iba a aprobar? 

Así, los diputados de MORENA, Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social, lograron la mayoría necesaria con 304 votos a favor, contra 179 que lograron los diputados del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. 

Todos los artículos de la Ley fueron impugnados, por lo que tendrán que ser discutidos en lo particular en las Comisiones aunque a como se ve, pasarán. Mientras tanto, se aprobó en lo general. 

AMLO envió la iniciativa a la Cámara y pidió a los diputados que “actúen pensando en el pueblo y no en las empresas”, argumentando también que con esto se garantizarían precios justos a las empresas. 

La intención de la reforma es “fortalecer” a la Comisión Federal de Electricidad y poner “orden” en el sistema eléctrico nacional. 

En la iniciativa, entre otros puntos, se plantea cambiar el esquema con el cual la energía eléctrica que se usa en el país se compra por medio de subastas, en las que se elige la mejor oferta, la opción más barata. En esas subastas, desde la reforma energética de 2013, participan generadores privados, e incluso puede hacerlo la propia CFE. 

Lo que se quiere cambiar es que la CFE ya no esté obligada a comprar por medio de subastas la electricidad que luego ‘vende’ o hace llegar a los consumidores.