Al más puro y viejo estilo priísta de cuando aplicaban la máxima de “no pego para que me peguen”, PEMEX anunció que a partir de este jueves 4 de marzo, dejará de ocupar los servicios de la calificadora internacional Fitch Ratings. 

Lo anterior, con el argumento oficial de que se cancela el contrato con Fitch por cuestiones financieras, “a la optimización en la contratación de servicios de calificación de valores adoptada por Petróleos Mexicanos para hacer frente al complejo contexto económico actual”. 

Fitch Ratings, habría que recordar, fue la primera calificadora que indicó las acciones de PEMEX en grado especulativo en junio del 2019, derivado de la lenta acción del gobierno para fortalecer la estructura de capital de PEMEX. 

Esta acción de PEMEX ha puesto en alarma a los mercados donde cotiza la paraestatal, pues los argumentos esgrimidos para la cancelación del contrato se perciben como débiles, puesto que el ahorro no sería sustancial y más bien se percibe como la intención de una menor transparencia. 

Para empresas como PEMEX es necesario contar con calificadoras externas, por lo que deberá contratar otra empresa internacional que haga lo que está haciendo al momento Fitch.