Cuánta razón tiene aquel viejo adagio que dicta “A los amigos justicia y gracia; a los enemigos justicia a secas”. 

Y es que lo que acaba de suceder con Rogelio Franco Castán, ex secretario de Gobierno de Veracruz en el bienio de Yunes Linares, podría configurarse como una prueba más de que a los enemigos no sólo se les aplica la justicia a ciegas, sino que incluso les aplican la “justicia expedita”. 

El diputado con licencia Héctor Yunes Landa comentó al respecto: “Repruebo todo tipo de violencia, particularmente contra las mujeres. Pero también repruebo la justicia selectiva, donde sólo los adversarios de la 4T sean castigados, mientras los cómplices y aliados tengan más inmunidad que quienes ya recibieron la vacuna contra el Covid19”. 

Cualquier tipo de violencia contra las mujeres es reprobable y no se cuestiona aquí el que se le quiera aplicar la ley a Rogelio, lo inexplicable del tema es que seguramente hay montones gigantescos de expedientes similares en la Fiscalía General del Estado y esos… esos nomás no caminan ni caminarán. 

¡Vaya! Ni siquiera hay que buscarle mucho para encontrar casos similares o peores entre aliados de la 4T para darse cuenta que la justicia no aplica igual. Por ejemplo, en Guerrero, a una persona múltiplemente señalada de violación, MORENA la hace candidato y Félix Salgado Macedonio está en los umbrales de ser gobernador y ganar fuero constitucional por varios años más, lo que garantizaría que terminara su vida sin que se le toque ni con el pétalo de un sabadazo en los separos. 

En el caso de Rogelio Franco, incluso, las versiones en el sentido de que golpeó a los ministeriales y que por eso lo apresaron, habría que tomarla con todas las reservas del caso, porque no habría forma de comprobarlo. 

¿La debe Rogelio Franco? Tal vez sí, tal vez no, pero hoy está preso. ¿La debe Salgado Macedonio? Tal vez sí, tal vez no, pero hoy es candidato a gobernador. ¿Justicia y gracia? No para todos.