DESDE luego que no se esperaba otra cosa. Félix Salgado Macedonio, tenía que ser, nuevamente, candidato oficial de Morena, para buscar la gubernatura de Guerrero, costara lo que costara, incluso la pérdida un buen porcentaje de desconfianza para el propio partido político en el poder.

La razón es clara. 

Salgado Macedonio, por lo que quiera pensarse, es el candidato del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. De eso no existe ninguna duda y por lo tanto, los dirigentes de Morena, tenían que satisfacer los deseos presidenciales y ratificar, a través de una supuesta consulta, la decisión emanada de Palacio Nacional.

Así se están dando las cosas, es decir, concretar un nuevo capricho del centro del poder en México.

El problema, quizás no medido en la dimensión que verdaderamente tiene, es que a estas alturas del proceso electoral, ya existe una gran corriente de inconformidad en el pueblo de Guerrero, lo que podría generar una estruendosa derrota para el acusado, cinco veces, de abuso sexual.

Otra cuestión que al parecer tiene en contra el partido Morena, es que la consulta se hizo solamente con sus militantes, los que no son suficientes para poder contener la ola de desconfianza que ya existe en aquél Estado, pues hay que tomar en cuenta que muchos de los morenos, no están muy de acuerdo con esta imposición y más que los involucren en este proceso interno, en el cual, seguramente, no participaron.

Por otra parte, si como dice el Presidente, el pueblo es el que manda, pues también habría de considerar que ahí está el punto más interesante, porque no todo el pueblo es militante del partido Morena, más todavía cuando hay que pensar también en que la gran mayoría de mujeres, que en cierto punto tienen mucha presencia en padrón electoral, no estarían todas de acuerdo y ese sería un gran riesgo que tuvieran que correr las indicaciones oficiales.

En Guerrero, desde ahora, la moneda está en el aire.

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