Ser competitivo en tecnología no es simplemente pretender ser el ganador de una partida de Among Us en el computador, o tener mal perder cuando tu avatar es eliminado en Fortnite. Tampoco lo es ofrecer el mejor producto tecnológico al más bajo precio, como sucede en plataformas como VSO, a las que nos dirigimos buscando los mejores bonos sin depósito para poder jugar con dinero real, pero sin gastar un euro, en los mejores casinos online seleccionados por expertos. Al menos, no es ese modo de ser competitivo en tecnología el que tienen en cuenta desde el IMCO para elaborar el Índice de Competitividad Estatal (ICE). Este índice se fija en el desempeño de las regiones en aspectos tan diversos como la tecnología y la conectividad, pero también en otros como la salud o la educación.

El Índice de Competitividad

Según el IMCO, Veracruz conforma junto con los otros estados del sur (Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Tabasco, Tlaxcala), el grupo de estados que presentan un menor índice de competitividad en el primer año de pandemia.

Es importante, para contextualizar la información, tener en cuenta que Ciudad de México ha sido la única entidad que ha probado tener la capacidad de generar, atraer y retener tanto la inversión como el talento, aún en tiempos de crisis sanitaria. Esto es precisamente lo que miden, desde el IMCO, mediante el Índice de Competitividad Estatal (ICE).

Para calcularlo, el IMCO ha tenido en cuenta un total de 72 indicadores que componen 10 subíndices, a saber: conectividad, democracia, economía, educación, inclusión, gestión gubernamental, mercado laboral, salud, seguridad y tecnología, turismo.

Los resultados del ICE

Ciudad de México encabeza la lista de estados del país en competitividad, liderazgo que lleva manteniendo sin interrupción desde el año 2001: es la única que ha mostrado una muy alta competitividad, con un ICE de 62.27 puntos. También es la entidad con el mayor grado de escolaridad (10.1 años), más camas de hospital (1.7 por cada 1000 habitantes) y mayor esperanza de vida.

Son pocos los estados que, tras Ciudad de México, mantienen una competitividad alta, con un ICE que no baja de los 56 puntos (por orden): Nuevo León, Querétaro, Coahuila, y Jalisco. Aunque, de acuerdo con el IMCO, son Sinaloa, Nayarit y Tamaulipas, los que registraron los mayores avances.

Más de 30 puntos de distan entre los estados de Jalisco y Guerrero, el estado que se encuentra a la cola de la lista, en las antípodas de Ciudad de México. Los estados del sur, ordenados de mayor a menor puntuación en el ICE son: Veracruz (36.90), Tlaxcala (36.42), Tabasco (35.97), Oaxaca (34.01), Chiapas (32.55), Guerrero (29.84).

Pero, ¿cuáles son las razones de esta baja competitividad en los estados del sur?

Valeria Moy, la directora general del IMCO  ha aclarado para El Economista, que los datos pueden explicarse a razón de la emergencia sanitaria que, según afirma, habría agrandado la brecha económica entre las entidades federativas. Asimismo admite que los datos también podrían reflejar precisamente que la crisis de la epidemia no ha afectado por igual a todas las regiones mexicanas.

Según Moy declaró, entre las principales razones que motivan la baja competitividad de los estados sureños, podemos hallar la merma en la diversificación económica que han sufrido estos estados (provocada por la crisis sanitaria), y el retraso histórico que experimentan debido a que padecen la exclusión sistemática de los planes de desarrollo y crecimiento económico.

Para ilustrarlo, enfatizó la especialista, basta revisar el PIB per cápita de estos estados: los cinco estados tienen el menor promedio de PIB per cápita, unos $87000 pesos por persona.

También ha de tenerse en cuenta que solo el 19 % de las personas mayores de 25 años de estos estados, tienen estudios técnicos o universitarios y, que concentran el mayor porcentaje de informalidad (71 % de los trabajadores).

Sin embargo, de todas, Guerrero es la que está peor debido al desempeño deficiente en innovación y gobierno. No es de extrañar, entonces, que también sea el estado con mayor población de emigrantes (0.9 % de la población).

Las soluciones

Pero no todo son malas noticias por estos lares, pues el IMCO ha puesto en marcha algunas propuestas dirigidas a mejorar la competitividad como: el establecimiento de controles a las modificaciones presupuestales de los poderes locales con el fin de acabar con la discrecionalidad, la promoción de la inserción de estos estados en la cadena productiva norteamericana a través de mejoras en regulación, inversión en infraestructuras y conectividad o el desarrollo de capacidades para el procesamiento de datos (que agilicen trámites, servicios, toma de decisiones…), entre otras. Más en definitiva, es posible que los avances tecnológicos se conviertan en una herramienta muy valiosa para ganar en competitividad y atractivo para la inversión.

(Photo by Jose Vazquez on Unsplash)