Víctor Calderón Azamar, autor de la columna “Aquí en los Tuxtlas y Llanos”, escribió en días pasados la columna “Arturo González: Naranja sin jugo”… y como nos pareció un título que curiosamente cuadra perfectamente bien con lo que reflejó Raúl Arias Lovillo en su reunión con periodistas de la ACOVER (Asociación de Comunicadores de Veracruz), pues olímpicamente y con permiso de Víctor, se lo tomamos prestado. 

Raúl Arias Lovillo, candidato a la alcaldía de Xalapa por el partido Movimiento Ciudadano, para empezar afirma (como si fuera un triunfo) que él no pertenece a Movimiento Ciudadano y que el único apoyo que le ha brindado ese partido son algunos espectaculares en la ciudad y algo de publicidad impresa. 

Su postulación es eminentemente ciudadana, asegura, y también afirma que para ella logró todas las concesiones que quiso al partido, como lo son la autonomía en la gestión de su campaña, el control total para la designación de su planilla y que no habría compromisos de ningún tipo si es que ganara. Lo anterior podría sonar bien a algunos, pero por eso no es de extrañar que los militantes del partido Movimiento Ciudadano en Xalapa le hayan dado la espalda a Arias Lovillo y que no lo estén arropando como podría hacerlo un partido de mediana penetración en la Capital como lo es MC. 

Desde allí ya se configura que Arias Lovillo sea una naranja sin jugo, pues en realidad no lleva puesta la camiseta naranja, ni los ideales naranjas y ni siquiera la plataforma del partido Naranja. 

Eso sí, se le percibe como una ciudadano con personalidad fuerte, claro de pensamiento y con una trayectoria académica que presume de honestidad, capacidad y saber administrar el dinero que en la Universidad Veracruzana le tocó manejar.  

Pero más allá de ello, el problema de Arias Lovillo como candidato a alcalde, es que no es lo mismo la teoría que la práctica y aunque es buen orador, no logra aterrizar las políticas públicas a proyectos específicos. En la reunión con ACOVER no pudo definir una sola propuesta a nivel de proyecto. A pregunta expresa de quien esto escribe se le pidió definir tan solo dos proyectos específicos y cómo financiarlos. No lo hizo, escurrió el bulto y solo mencionó que atenderá el problema de la inseguridad, pero más allá de la capacitación de los cuerpos policiales no dio una sola propuesta específica al respecto. 

Por otra parte, aseguró que para resolver los problemas del agua en Xalapa se requerirían 2 proyectos, de más de 1,000 millones de pesos cada uno, por lo que, dijo, la opción sería acceder a las Asociaciones Público-Privadas. Lo anterior se traduce inevitablemente en deuda y sin consideramos que la deuda que se contrajo hace años para el saneamiento no era ni la mita de lo que él considera que se necesita, pues de entrada hablamos de proyectos inviables. 

Sin embargo, en algo tiene razón Arias y no se le escatima: “Cualquier proyecto, incluso con deuda, que sirva para garantizar el agua a Xalapa, hay que hacerlo”, y tal vez algún presidente municipal tendrá los arrestos suficientes para lograrlos aún cuando se hipoteque el futuro de los xalapeños y pierda votos. 

El problema, no solo de Arias sino de varios que han llegado a las reuniones con la ACOVER, es que piensan que allí reunirán votos y desperdician la oportunidad de oro de explicar y explayarse en cuanto a cómo lograrán lo que pretenden. Para hacer promesas deberían buscar otros foros, porque los periodistas quieren respuestas y si éstas no se dan, si no se logran, entonces el objetivo de la reunión jamás lo entendieron. 

Hoy Arias Lovillo llegó a mostrarse como un buen académico, a esgrimir ser una persona honesta y trabajadora, de una cuna humilde y que ha crecido gracias a su esfuerzo, y eso no se le puede rebatir, va, se la compramos… pero lo que no mostró fueron las cualidades necesarias para ser un buen alcalde pues todo lo trae a nivel teórico y no se ve cómo aterrizará la teoría en la práctica. 

Arias Lovillo hace a un lado al partido que lo postula y queda como una Naranja sin jugo. En corto se muestra más que como candidato, como un duro académico del cual se pueden esperar reglazos. 

En conclusión, Arias Lovillo va a la contienda sin partido, sin propuestas específicas y sin proyectos de por medio. Eso sí, con mucho rollo y muy teórico. Como candidato: reprobado.

@AtticussLicona