Miguel Ángel Yunes Linares habría recurrido a ‘un político del sureste’ –presuntamente al exmandatario chiapaneco Manuel Velasco Coello, actual coordinador de los senadores del PVEM- para que intercediera ante el presidente Andrés Manuel López Obrador y le trasmitiera el siguiente mensaje: “Que tenga clemencia y piedad. Que yo estoy enfermo, que si van contra mí yo puedo responder y dar la cara, pero que a mi familia la respete y no les haga daño”. 

Lo anterior se comenta en la muy leída columna ‘Serpientes y Escaleras’ que hoy escribe el periodista Salvador García Soto en El Universal. 

Desde luego que García Soto hace que los lectores se regodeen de lo lindo recordando las diversas desavenencias políticas que se han dado entre Yunes Linares y el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, que son de sobra conocidas por los veracruzanos. Sin embargo, lo central de la columna y lo que más llama la atención es responder a la pregunta: ¿Hasta dónde es capaz de llegar Miguel Ángel Yunes Linares con tal de evadir cosechar lo que ha sembrado? ¿Llegaría incluso a esos niveles de pedir “clemencia”? 

Ese pedimento y la forma de hacerlo indica que Miguel Ángel se siente realmente perdido y que no le ha importado tirarse al piso como ‘Tío conejo’ cuando se encuentra cara a cara con la ‘Tía Tigra’ en el famoso cuento infantil. 

A Yunes Linares difícilmente se le puede creer que esté doblado y menos por alguna enfermedad. Y por otro lado, difícil también de creer que la intercesión por sus hijos sea sincera, cuando todo mundo los conoce y saben que en política son echados para adelante, bravucones como él, que en realidad son dos guerreros –al menos los que están en la política- y que, como dicen en el rancho, no necesitan tecomates para nadar. 

Así que lo más probable –de ser cierto- es que se trate de una planeada estrategia política de Yunes Linares para que AMLO apriete menos la cuerda que -según filtraciones periodísticas- podrían estarle tendiendo alrededor del cuello del choleño. 

Si gusta leer la columna completa de Salvador García Soto, puede hacerlo aquí.