ES EVIDENTE que Ricardo Monreal Ávila, no es el aspirante a candidato de López Obrador, a la Presidencia de la República, pero sí es el que más le garantiza al Presidente, una posibilidad de triunfo electoral.

El mandatario lo sabe y busca, por lo tanto, mantenerlo fuera de su preferencia con la finalidad de tenerlo a su disposición para cuando comience, verdaderamente, la definición política.

Nadie, de los hasta ahora mencionados por el Presidente, tienen la capacidad para lograr una plena confianza del pueblo, salvo, quizá, el ahora Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, a quien dejará crecer lo más que se pueda y ubicarlo como su plan “A”, ya que aún con el aprecio personal que tiene por Claudia Sheinbaum, difícilmente la podría designar, porque ante todo, estarían en juego sus proyectos políticos que desea concretar a través de quien llegue a la Presidencia, siendo, desde luego, de su propio partido.

Monreal, representa, hasta ahora, la fuerza más contundente para alcanzar los objetivos de Morena, no precisamente del Presidente, pero que finalmente, todo es parte de la causa. Sheinbaum, no crecerá lo suficiente, aún cuando la tenga en primer lugar dentro de su corazón, por lo que el Presidente, tendría, en todo caso, que sacrificarla. La misma Jefe de gobierno de la ciudad de México, lo sabe y es por eso que se ha expresado civilizadamente de Marcelo Ebrard, haciéndole saber que lo respeta formalmente, porque es el que más podría hacerle frente a Monreal, en un proceso interno de su partido.

Como hace poco lo comentábamos en esta columna, la mención adelantada del Presidente de la República, sobre quién o quienes podrían ser aspirantes a la Presidencia de la República, para cuando él concluya su periodo constitucional de gobierno, puede tratarse de una mera estrategia, engañosa, por cierto, con la cual se estaría dando tiempo para analizar profundamente su decisión.

Monreal, y Marcelo, finalmente, serán los protagonistas del proceso interno de selección política, con rumbo, inevitablemente, hacia la candidatura presidencial, porque los demás, prácticamente, están, desde ahora, fuera de combate, con excepción de Claudia Sheinbaum, que no garantizaría el triunfo electoral, pero que es, como todo mundo lo sabe, una de las favoritas en este proceso de sucesión política.

Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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(De la columna "Línea política")