Comentarios van y comentarios vienen en torno al problema financiero que se le atravesó al Poder Judicial de Veracruz.

Cierto, a la fecha le hacen falta alrededor de 500 millones de pesos para terminar el año sin problemas con el pago a los recursos humanos, gasto corriente que es el rubro más pesado de su presupuesto.

Pero dónde y desde cuando se hizo el problema.

El problema surgió de acuerdo con lo dicho el gobernador de Veracruz Cuitláhuac García Jiménez a Política al Día, cuando allá por el mes de marzo del año en curso, y cuando ya casi todas las dependencias del gobierno del estado, los órganos autónomos como la Universidad Veracruzana y el poder legislativo ya habían ajustado sus presupuestos al criterio de austeridad comprometido en el Plan de Desarrollo del Estado, el Poder Judicial se había dormido en sus laureles y no lo había hecho.

Así que en un nuevo llamado a la titular del Poder Judicial, se iniciaron los ajustes en áreas no prioritarias y lo más importante, los Magistrados y los altos mandos administrativos solidariamente se redujeron en 20 y 30% sus sueldos.

Pero el daño al presupuesto ya estaba hecho. En tres meses, sin ajustes al presupuesto, se erogaron una gran cantidad de recursos que de seguir a ese ritmo, a estas fechas ya trajeran un déficit de unos mil quinientos millones de pesos y la sombra de problemas financieros de fin de año en puerta.

Fue así, que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, consideró y apreció el gesto solidario de los Magistrados y los mandos altos del Poder Judicial y ya se tiene contemplado en la SEFIPLAN de José Lima Franco, el aumento presupuestal que cubrirá los cerca de 500 millones de pesos faltantes.

Sin embargo, no quiere decir que aún no existan otros problemas y fuertes en el Poder Judicial pero esos ya le corresponden resolver conforme a su autonomía y capacidades.

Pero eso, eso ya es otra historia, por lo pronto todo el personal administrativo, mandos medios y superiores del Poder Judicial ya tienen asegurados sus sueldos y prestaciones de aquí a fin de año; lo que pondrá un poco de hielo en la cabeza de quienes decidan para tomar decisiones que los saquen de las notas rojas de la política.