Como si no hubiera áreas dentro del Gobierno del Estado de Veracruz que necesitaran atención, al parecer la Contralora General del Estado, Mercedes Santoyo Domínguez, anda más preocupada por las publicaciones en redes sociales que hacen sus subalternos. 

Es increíble que la Contraloría pierda eficiencia por ejercer una supuesta campaña de hostigamiento y persecución en los ámbitos personales de los trabajadores, como son sus redes sociales. 

En un audio que los lectores hacen llegar vía correo electrónico (en caso que no esté editado) se escucharía claramente la intencionalidad, de la Contralora Mercedes Santoyo Domínguez, de aplicar descuentos de hasta tres días a trabajadores que compartieron en sus redes sociales críticas al gobierno. 

“Es hora de aplicar una sanción administrativa, descuéntale tres días, ese tipo de cosas hay que hacer, debemos ser muestra ejemplar nosotros, y sí la ley nos lo permite, pues vamos a aplicarla”, se le escucha a la voz de la mujer que parece muy consistente con la de Mercedes Santoyo Domínguez. 

Pero no se habla de faltas por robos, desvíos o malas prácticas administrativas, sino que se señalan LO QUE SE PUBLICA EN REDES SOCIALES. 

“Yo a veces estoy hasta el queso, pero me pongo a revisar las redes sociales de muchos de ustedes, para ver que están subiendo”, afirmaría la Contralora General del Estado. 

¡Caray! ¿De qué se trata? Mientras hay dependencias que aplican altísimos porcentajes de obras públicas por adjudicación directa, mientras hay señalamientos de nepotismo e influyentismos, mientras hay múltiples procesos por hostigamiento sexual y laboral dentro de las dependencias, mientras todo eso pasa y los miles de millones del presupuesto del Estado deben cuidarse con esmero… ¡Ahhh no! Lo importante, lo verdaderamente toral pareciera ser que los trabajadores compartan cosas bonitas del Gobierno en redes sociales y evitar la crítica a costa de descuentos de sueldo... al puro bananazo y con esa discrecionalidad perdonavidas que presuntamente se le escucha al advertir “descuéntale tres días”.