En días pasados Américo Zúñiga Martínez, exdiputado local, y exalcalde de Xalapa platicó en un desayuno en un restaurante campestre allá muy cerca de Coatepec, acerca de sus planes que vienen. 

El tema fue muy interesante, sobre todo porque como en las pasadas elecciones intermedias Américo perdió la diputación federal por Xalapa los asistentes se preguntaban ¿De qué podía hablar Zúñiga Martínez? 

Algunos de los periodistas invitados apostaban que el tema que expondría Américo se iba a centrar en criticar la gestión del actual alcalde Hipólito Rodríguez, pero no, Américo habló de la conformación de una nueva y dinámica agenda política para la oposición con miras a lo que viene en el 2024. 

Américo habló de los resultados positivos y negativos así como la enseñanza política que le dejó la pasada elección a la Coalición que formaron el PAN, el PRI y el PRD. 

Dijo que a la población no le quedó claro el sentido político de la Coalición, no dio tiempo de que la idea permeara ya que se formalizó ya muy cerca de las elecciones. Por ello, la idea ahora es dar a conocer a los votantes la gran cantidad de coincidencias políticas que hay entre los tres partidos. Es indudable que hay diferencias, eso es innegable, pero los votantes deben saber que son más las coincidencias cuando se trata del beneficio social de la población.

Por eso, la propuesta de Américo Zúñiga es impulsar, con tiempo, una agenda política de oposición, bien estructurada y con objetivos y miras de recuperar el poder y servirle a los veracruzanos. 

Alguien, que pudiera ser él, coordinaría la agenda, sin necesidad de renunciar a su partido. Hay suficiente tiempo para tejer una muy buena plataforma ideológica de oposición con base en las similitudes de cada uno de los partidos de oposición. 

La idea no parece nada mal, es mirar al futuro, sobre todo ante la perspectiva política electoral que se ve venir a nivel nacional para el 2024 y una idea que si se traslada a nivel nacional podría darle muy buenos dividendos políticos a la oposición. 

Bien por Américo que demuestra con ello que el 6 de junio pasado ya quedó en eso: el pasado.