Las encuestas no son la información más completa ni están exentas de sesgos a favor de quien las contrata o les interesa lucrar con sus resultados; sin embargo, hay algunas que pueden ilustrar de tendencias y sentires de la población. 

También hay encuestas útiles para el análisis político, sobre todo cuando a través de su información se logra captar o proyectar el sentir o la percepción de la población en asuntos de interés general, es el caso de la que ha publicado la consultora McKinsey & Co, en la que nuestro país se encuentra entre los 10 países en los que unos cuántos ciudadanos concentran la mayor riqueza a nivel mundial. 

Ver a México en ese sitio, en el octavo sitio de los países que más concentran riqueza en el mundo, como lo publica McKinsey & Co, en su informe “El aumento del balance global: ¿Cuán productivamente estamos usando nuestra riqueza?”, explica por demás lo que sucede en el grueso de la población mexicana. 

Esto es, en México unos cuántos son los ricos, los más ricos incluso a nivel mundial. Es decir, casi todos los mexicanos trabajamos para unos cuántos. 

Entre las formas y vías más efectivas para que algunos logren y puedan acumular tanta riqueza y la concentren unas cuantas manos se encuentra la formulación y aprobación de leyes, leyes que aprueban los políticos y los partidos políticos. Es por ello que resulta obvio que desde la máxima cúpula acumuladora de riqueza se escoja a quienes deben ir o no a los congresos legislativos. 

Desde esa cúpula de poder de unos cuantos se invierte para dirigir el rumbo de país que quieren, según sus propios intereses y  beneficios, para así hacer crecer sus riquezas o para conservarlas. 

Esa puede ser una explicación por la que MORENA ganara la Presidencia con más de 30 millones de votos, porque los votantes pobres y de una clase media oprimida y condenada a vivir en la pobreza (que es la gran mayoría en este país), se cansó de sostener a esa cúpula de pocos poderosos y ricos en exceso. 

Estar entre los 10 países con la mayor concentración de la riqueza en el mundo no es cualquier cosa, pues en sentido inverso explica que México es uno de los países con más pobres en el mundo. 

La encuesta refiere que México y otros nueve países acumulan más del 60% de la riqueza mundial. Pero no de los activos o empresas industriales o productivas, sino poseedores y propietarios de bienes raíces. Esa cúpula que se encuentra en el Top Ten de los países más ricos del mundo son los rentistas de espacios físicos que ocupan y pagan los inversionistas que sostienen el crecimiento real de la economía. El economista David Ricardo no se equivocó, la tierra es el mejor valor de la economía. 

Es decir, detrás de cada unidad de producción está un socio que tiene ganancias fijas, el que nunca pierde, los que se llevan la mejor parte, sin contar lo que se lleva de cada negocio, el otro socio que se llama gobierno, la mejor tajada del león se la llevan ellos. 

Por ello, actualmente tiene gran aceptación y es bien recibida la repartición del dinero público entre esos pobres-pobres y algunos sectores no menos importante de la clase media-media, que vive agobiada de necesidades por empleos mal remunerados y que padecen día a día los peores servicios de salud y educación.

Es ahí donde radica la fuerza del voto. 30 de los 65 millones de pobres que se llegó a acumular durante los gobiernos anteriores reaccionó y votó en contra de los mensajes directos y subliminales que orientaban el barco para donde les convenía a los intereses de esa cúpula de poder acumuladora de riqueza.

Más de 30 millones de mexicanos dejaron de oír el canto de las sirenas y demostró su hartazgo y cansancio de hacerles el caldo gordo a los partidos políticos tradicionales y gobiernos amantes de la corrupción.

Es por ello que la lucha social y política está tan polarizada hoy en el país, porque los que dejaron de sorber las aguas de los veneros oficiales y No Gubernamentales desde el poder quieren recuperar su privilegiada posición en la sociedad y los que recién llegaron quieren conservarlo por más años.

La mayoría de la gente dejó de creer en los partidos tradicionalmente empoderados por esa cúpula de ricos en exceso.

La mayoría de la gente dejó de creer en los políticos con grandes fortunas, pero que además ni por asomo son los ricos que aparecen en ese Top Ten en los que se concentran la mayor riqueza del país. 

La mayoría de la gente dejó de creer en los medios de comunicación tradicionales que han servido de vehículo a los fines de ese grupo de poder ilimitado.

La mayoría de la  gente dejó de creer en intelectuales de la ciencia, de la política, articulistas, literaturatos e historiadores que modifican los diagnósticos sociales, económicos y políticos a su real entender  con tal de  conservar su estatus quo y ser las voces mediáticas autorizadas a cambio de privilegios y bienestar. 

MORENA ganó la presidencia y sigue ganando los espacios importantes de poder en el país con los votos de esa población olvidada que el gobierno y los partidos políticos dejaron de ver como su razón de ser, de cumplir su función principal de redistribuir la riqueza, que trabajó servil a los intereses de unos cuántos y en su lugar se dedicó a lucrar y a crear economías a escala que hicieron crecer la plusvalía de terrenos inservibles para convertirlos en grandes espacios y bienes raíces generadores de riqueza en centros urbanos, turísticos, comerciales, industriales, que ha hecho a las cúpulas que invierten ‘con visión’ en dueños de la riqueza del país.

Así que para aquellos que no lograban entender cómo es que México con tanta pobreza entre su población, podía ocupar lugares de privilegio en las reuniones cumbre con los grandes y poderosos países del mundo, quizá la razón principal sea esa, el que México ocupe el octavo lugar entre los más grandes acumuladores de riqueza en el mundo. Quizá por ello, México tiene un lugar en el ‘Grupo de los 20’ (G20) formado por los Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá, Unión Europea, Rusia, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía, países que juntos suman el 90% del PIB mundial, el 80% del comercio y dos tercios de la población.

A nivel mundial, es en esas reuniones 'Cumbre' donde departen los jefes de estado, los que se toman el vino y declaran a los medios sus grandes esfuerzos que hacen en favor de los que menos tienen, de los más débiles, de lo que hacen y se proponen hacer por la mejoría del ambiente y la disminución de la pobreza. 'Cumbres'  en las que también participan los ministros de Finanzas, los gobernadores de los bancos centrales y los representantes del FMI y el Banco Mundial, peones que mueven las grandes riquezas de sus países hacia las cúpulas concentradores de la riqueza mundial entre las que México es octavo.

Y como quizá usted, a estas alturas, desee saber con qué otros 9 países comparte México esa privilegiada posición entre los más ricos, poderosos y acumuladores de la riqueza en el mundo; le diré que según la encuesta McKinsey & Co, y el informe “El aumento del balance global: ¿Cuán productivamente estamos usando nuestra riqueza?, estos son:

• China: 120 billones de dólares


• Estados Unidos: 50 billones de dólares


• Alemania: 14 billones de dólares


• Francia: 14 billones de dólares


• Reino Unido: 7 billones de dólares


• Canadá: 7 billones de dólares


• Australia: 7 billones de dólares


• México: 3 billones de dólares


• Japón: 3 billones de dólares


• Suecia: 2 billones de dólares

Quizá lo anterior explique por qué MORENA acapara votos y posiciones de poder en el país y lo seguirá haciendo hasta que la cúpula de poder, la verdadera, lo quiera.

Columna: Figuras y Figurones

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