Ante los recientes ataques políticos -abiertos o por debajo del agua- que ha recibido el partido Movimiento Ciudadano y su dirigente nacional, Dante Delgado… orgullosos, han sacado a ondear la bandera del “nos vale” y recitan alegres aquella famosa frase que algunos atribuyen al Quijote: “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”. 

Y es que a Movimiento Ciudadano le temen por su crecimiento electoral y como gobierno. Hoy cuenta con buen número de curules federales y estatales, importantes gubernaturas como las de Jalisco y Nuevo León, de las de mayor poderío económico en el país, así como alcaldías de peso como Monterrey y Guadalajara. 

Pero quizá lo que hace mucho más fuerte a Movimiento Ciudadano es el discurso de independencia política que Dante Delgado enarbola con firmeza. 

Y como sabido es que el costo de la fama siempre será alto, en Movimiento Ciudadano no podría ser la excepción: 

Por un lado los ataques directos del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, ‘Alito’, han estado a la orden del día al acusar un día sí y el otro también a Dante Delgado por negarse a formar parte de la alianza opositora a MORENA en el Congreso de la Unión. 

Por otro, la postura independentista de Movimiento Ciudadano y Dante Delgado le ha merecido también el rechazo y castigo de MORENA  y sus aliados, quiénes fraguaron para dejar fuera de la Comisión Permanente del Congreso que hoy se instala y que operará hasta el próximo mes de febrero en el segundo periodo ordinario de sesiones. Es decir, dejan a Movimiento Ciudadano fuera de la jugada legisladora del país. 

Es decir, a Movimiento Ciudadano y a Dante Delgado los están haciendo sándwich político por no acceder a los caprichos de los partidos que ya se encuentran en el bloque opositor PAN-PRI-PRD y por negarse a darle sus votos a MORENA, a sus partidos aliados y a AMLO. 

Los dos grupos antagónicos lo que buscan es tener los votos necesarios para impulsar o frenar cualquier reforma Constitucional que salga de Palacio. 

Habrá que estar atentos a la jugada de defensa que hoy mismo deberá esgrimir Dante Delgado, pues suena casi imposible que se quede callado.