Según la Oficina de Estadísticas laborales informó que durante el primer mes del año, la tasa de inflación en Estados Unidos se disparó hasta un 7.5%, 5 décimas arriba de las cifras de diciembre.

Esta cifra se encuentra por encima de las predicciones de los analistas que preveían un incremento del 7.3%, tratándose del aumento más alto desde febrero de 1982.

Sin contar los precios de alimentos y combustibles, la inflación subyacente en enero fue del 0.6%, con una tasa anual del 6%.

Este dato aumenta la presión a la Reserva Federal (la responsable de dictar la política monetaria de EU), que tiene un doble mandato de fomento del pleno empleo y estabilidad de precios.

Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal anunció que en este momento, la prioridad es la lucha contra la elevada inflación, aunque suponga poner menos énfasis en el otro objetivo de la institución, el pleno empleo.