RESULTA qué en Veracruz, el partido político en el poder, denominado Morena, perdió, prácticamente, tres de las cuatro alcaldías que estuvieron en disputa el domingo pasado. Pero eso no es todo, también en el Estado de Oaxaca, la derrota fue estruendosa, porque de siete municipios, solamente ganó uno, lo que indica que no tiene todas consigo y que estas victorias de la oposición, pudieran calificarse como mal augurio para las futuras confrontaciones políticas, especialmente en lo que se refiere a la sucesión presidencial y desde luego, a la sucesión en Veracruz, que también es un proceso donde estarán puestas las miradas de la política nacional para el dos mil veinticuatro, año especialmente crucial para la cuarta transformación, porque de ganar los espacios políticos que se encontrarán en juego, sería algo así como consolidar los proyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque directamente ya no se encuentre en el gobierno.

La cuarta transformación no nació para un solo sexenio, pues como se sabe, cualquier cambio político en una nación, requiere de tiempo, de esfuerzos permanentes y de una lucha política que buscará concretarse a largo plazo. Por eso, López Obrador, sabe que apenas es el inicio y qué de seguir su proyecto, tendría que ser con otros personajes más fortalecidos, trabajando intensamente por sobrevivir en este panorama político nacional, donde las circunstancias juegan un papel fundamental en el desarrollo de cualquier proyecto político. Las derrotas que comenzaron con algunas alcaldías en el distrito federal, se hacen patentes en las elecciones extraordinarias más recientes y pudieran ser un indicio de que las cosas no están funcionando correctamente para el partido morena, menos para el propio presidente, que cada día que pasa siente que se van modificando las circunstancias de las que ya hemos referido, aunque se aferra a su creencia de que la preferencia electoral que tuvo en el dos mil dieciocho, pudiera persistir por más tiempo.

Tal vez, para morena, la esperanza está en qué la oposición no despierte de aquí a las elecciones del dos mil veinticuatro y con las condiciones que existen aspirar a un nuevo triunfo hacia la gobernanza nacional. Eso, en cierta forma, dependerá, asimismo, de las decisiones que tome el propio mandatario nacional, dueño de la franquicia morena, designando al candidato más idóneo para mantener el poder nacional, así como en las gubernaturas de los Estados, donde habrá elecciones pronto. En el caso Veracruz, hay que considerar, aunque duela para quienes habitan en palacio de gobierno, que el triunfo electoral, no fue precisamente de quien gobierna ahora, sino del mismo López Obrador, que fue el efecto político que lo llevó al triunfo. Lo anterior quiere decir, que si para el dos mil veinticuatro, este efecto político ya no existiera, venga de quien venga, entonces, morena, estaría en graves aprietos para conseguir los votos necesarios que le serían útiles para retener la gubernatura del Estado.

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(DE LA COLUMNA "LÍNEA POLÍTICA")