La nueva publicidad electoral y la incitación a votar se hace ahora a través de las encuestas que cada candidato y partidos políticos mandan a hacer y a publicar en los medios. 

Según sus propias encuestas todos ganan, todos van arriba. 

Sin embargo, la hora de la verdad, que es donde se definen las elecciones será el próximo 5 de junio, el día ‘D’ para todos. 

Ahí se sabrá la verdad para todos. 

Sobra decir, que derivado de las acusaciones de bandos contrarios, lo más seguro es que algunas elecciones llegarán volando hacia los tribunales. 

En el actual proceso electoral de seis Estados, es quizá en el que más ha brotado la mugre, la diatriba, las acusaciones de parte y parte. En este sentido destacan el fratricidio político entre los hermanos Moreira y la presunta relación de un candidato con el crimen organizado. En los demás estados la lucha ha sido dura pero dentro de la ortodoxia de sucias luchas políticas. 

Y cómo no sería así, si estas son para la oposición las elecciones de la supervivencia y para el actual régimen la posibilidad de obtener la supremacía en el poder de los dos más importantes niveles de gobierno. 

Si la oposición cae, se le va todo. Corredera de líderes como, por ejemplo, las cabezas de Alejandro Moreno Cárdenas y de Marko Cortés del PRI y el PAN rodarían un segundo después de que se den a conocer los resultados si es que le son adversos. 

Caso contrario, la inercia de triunfos de MORENA y sus aliados sería frenada de golpe de ganar cuando mucho dos estados (que son los que las encuestas de El Universal le adjudican desde ayer). 

Es decir, se trata de la supervivencia versus el mantener la inercia arrolladora que inició para el partido en el poder desde el 2018, pero en ambos casos, las elecciones de este 2022 será el mejor termómetro de lo que se podrá esperar para la próxima elección presidencial del 24.  

Si la oposición no sale con números positivos el próximo domingo, de una vez le estarán cantando las golondrinas por muchos años más.