Estamos mal, pero vamos a estar peor en materia de Seguridad Pública.  

El nombramiento equivocado, por no decir aberrante, que hizo ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador será la gota que derramará el vaso y la paciencia de la sociedad por la equivocada ruta de los ‘Abrazos no balazos’ en el combate a la delincuencia y la violencia que ahoga la buena marcha de la sociedad mexicana.

El crimen de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua puso a México en la mira del mundo y nos hace aparecer como salvajes y violentos, un país en el que, para el gobierno, la vida no vale nada. 

El tema lo aborda aquí con veracidad el prestigiado periodista Raymundo Jiménez en su columna ‘Al pie de la letra’ que inicia así: “El país se desangra, la violencia sigue desbordándose y los criminales ya no tienen temor ni a Dios –pues la tarde de este lunes acribillaron a dos indefensos jesuitas en la sierra Tarahumara, de Chihuahua, sumando ya siete sacerdotes asesinados en lo que va de este sexenio, según datos del Centro Católico Multimedial–, mientras las áreas de seguridad pública del gobierno federal son puestas en manos de personajes con dudosos antecedentes o distraídos en la búsqueda de futuros cargos de elección popular”. 

¿En qué manos de dudosos antecedentes puso AMLO el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP)? 

¿Quién es Clara Luz Flores, qué experiencia tiene en Seguridad Pública? Entérese aquí en: https://bit.ly/3QDJm7M