El cateo y violenta irrupción en un domicilio de Alejandro Moreno Cárdenas, fue solo el inicio de una andanada de señales que cerró este martes con el nuevo audio filtrado por Layda Sansores, gobernadora de Campeche, en el programa “Martes del jaguar”.

Fue un espectáculo muy bien armado, que envió señales para todos. En lo local, la transmisión del cateo de la casa del líder nacional del PRI, fue una evidente exhibición del despilfarro y el abuso cometido por políticos. Fue, por tanto, carnita para el circo mediático campechano y que en aquel Estado sureño se entretuvieran un rato.

De la mansión de Alito no mostraron prácticamente nada, vaya, ni un triste VW destartalado pese a que se señaló en varias ocasiones la afición de este por coleccionar vehículos. De allí en fuera, se habló de un boliche “que no se mostró”, de obras de arte que tampoco se vieron y en general, no se mostró gran cosa. Fue un nuevo aviso de que habrá tela de dónde cortar.

Sin embargo, el verdadero golpe llegó a través del audio en el que presuntamente se escucha a Alejandro Moreno Cárdenas hablar con Murat y en el que Alito advierte de sendas propuestas legislativas destinadas a doblar a los empresarios y a que en verdad les duelan.

Nada bien debieron recibir los empresarios esos audios, pues si de por sí hoy ya está la mayoría con MORENA, con esto los que no se habían decidido muy probablemente abandonen a la oposición.

Aun así, la pregunta sigue en el aire. ¿Debe continuar Alejandro Moreno Cárdenas al frente del PRI? Hay muchas voces de priistas que aseguran que se debe ir, pues la mala imagen que tiene Alito todavía no ha infectado el tuétano del partido, por lo que de salir hoy, el PRI podría salvarse; mientras que si se queda, el futuro personal de Alito quedará tatuado en el del PRI (como si le faltaran rayas al tigre).

No obstante, hay quienes se cuestionan la prudencia de un cambio, pues la persona que llegue a dirigir al tricolor, en su caso, sea quien sea, llegará con una actitud más bien servil y agachando la testa.

¿Quién en su sano juicio llegaría con la espada desenvainada al PRI después de la garrotiza que le han puesto a Alejandro Moreno Cárdenas?

No son decisiones fáciles y tienen mucho fondo. ¿Usted qué haría? ¿Dejaría a Alito o lo cambiaría? Pero más importante aún, es quién lo sustituiría.