La sudadera de Winckler, esa con la cual se le vio llegar primero al Juzgado en Pacho Viejo y posteriormente con la que fue ingresada al penal, ha causado mucha polémica.

Primero, porque algunos dicen que era de color rojo, naranja o rosa, aunque el color es lo de menos, lo importante era su función. 

Tal sudadera en realidad no era de Winckler. ¿Cómo se explicaría uno que trajera una sudadera gruesa a plenos 28 grados centígrados en Puerto Escondido, Oaxaca, justo cuando se encontraba haciendo ejercicio? 

La razón real de esa sudadera -que no era del ex fiscal, sino que se la pusieron- fue el ocultar que portaba un chaleco antibalas que policías ministeriales le colocaron, por la propia seguridad de Winckler “N”. 

¡Caray! Esto es destacable porque ni siquiera cuando fue detenido el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, y trasladado de los juzgados al penal y viceversa en distintas ocasiones, le fue colocado un chaleco antibalas. 

A Winckler “N” sí, pero éste se tapó o se ocultó con esa polémica sudadera. 

Hasta el momento se le ha garantizado su debido proceso y sus derechos humanos. No se le ha exhibido y ni se ha hecho un show mediático con su detención… tanto así, que esa medida de seguridad de colocarle el chaleco antibalas, también le fue resguardada.