Esta mañana cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo quién relevará a Delfina Gómez en la Secretaría de Educación Pública, los bonos de Juan Ramón de la Fuente y de Luciano Concheiro Bórquez se desinflaron.
Y es que como ya se sabía, las probabilidades de que Delfina Gómez se convirtiera en la candidata de MORENA al gobierno del Estado de México eran altísimas, y luego del viaje de AMLO a Washington para su visita al presidente Biden, todo mundo se fue con la finta de que allá había platicado con el exrector de la UNAM y Representante Permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas, del tema de la SEP y su regreso al país.
Pero aquí en el país también se daba como un hecho que quien sustituiría a Delfina Gómez en la SEP sería Luciano Concheiro Bórquez, quien ocupa actualmente la Subsecretaría de Educación Superior y muy cercano con el ala radical de MORENA y goza de las simpatías de Jesús Ramírez, vocero de la Presidencia.
Pero nadie contaba con que el presidente tenía el plan que adelantó esta mañana en Palacio Nacional: Mujer por mujer.
AMLO dijo que será una mujer quién relevará a Delfina y que la próxima semana daría a conocer el nombre.
Y fue así como los bonos de Juan Ramón de la Fuente y Luciano Concheiro se cayeron al pozo, y los nombres de Bertha Luján y el de Raquel Sosa se fueron al cielo.
Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de MORENA, o Raquel Sosa, directora de las Universidades del Bienestar.
Las dos pertenecen al ‘Ala dura’ de MORENA. Pero la más dura pero con una mano izquierda conciliadora es sin duda Bertha Luján, en quien AMLO puede estar pensando para un acercamiento definitivo y comprometido con el magisterio nacional, pues ella como experta en resolver conflictos laborales sabe de qué pie cojean los líderes y podría ser de mayor utilidad al movimiento para lo que viene en el 23 y 24.
Así se teje la política y AMLO a eso le sabe mucho.