Cuando se habla de los avances de las libertades de los ciudadanos, nunca falta alguna autoridad que sorprenda con echar abajo ese derecho constitucional que tienen los mexicanos. 

Prueba de ello, es el ayuntamiento de Tierra Blanca, dirigido por el alcalde Álvaro Gómez Flores, quien recientemente avaló un Código de Ética y de Conducta, en el que le prohiben a sus trabajadores dar opiniones negativas en sus redes sociales, sobre el trabajo de dicho ayuntamiento. 

Pero si eso no fuera ya una intromisión a la vida de los trabajadores, las indicaciones de este presidente municipal van más allá, pues el Código les prohibe hablar en sus reuniones familiares, esas que se llevan a cabo en los domicilios de cada trabajador, de cualquier crítica hacia dicho gobierno municipal. 

Poco faltó para que en la intimidad de la alcoba, se le ocurra pensar a un empleado quejarse con su pareja de su trabajo o tenga el atrevimiento de opinar sobre alguna mala acción del ayuntamiento. 

Así, en pleno siglo XXI, hay autoridades que aún se creen reyes y que pueden manipular incluso la conciencia de los trabajadores del Ayuntamiento a quienes los ven como súbditos. 

Tales prohibiciones fueron publicadas recientemente por el ayuntamiento de Tierra Blanca en la Gaceta Oficial del Estado. Ahí, precisa que será la Contraloría Municipal la encargada de vigilar la buena conducta de los trabajadores municipales. Lo que no precisa, es si dichos funcionarios habrán de meterse a cada domicilio para verificar que efectivamente no hablen en sus reuniones familiares de manera negativa del gobierno que preside Álvaro Gómez Flores.